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EL PODER DEL DESEO / ASESINA POR MI

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: El poder del deseo
TITULOS EN ESPAÑA: El poder del deseo / Asesina por mi
AÑO DE PRODUCCIÓN: 1975
DIRECTOR: Juan Antonio Bardem
REPARTO: Marisol (Juna)
Murray Head (Javier)
José María Prada (Sorribes)
Francisco Amorós (Pol)
Eloy Arenas (Álvarez)
Pilar Bardem (Portera)
Antonio Gamero (Gómez)
Lola Gaos (Madre de Javier)
Tito García (Barman)
Paloma Hurtado (Secretaria)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: Con el título de “El poder del deseo” por Barsan Vídeo y con el de “Asesina por mi” por Vídeo Mayor S.A.
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: Javier, un joven publicitario, se enamora de una misteriosa mujer llamada Juna. Su relación es complicada, pues él no sabe dónde vive, y ella no quiere que la vean con él en público. Finalmente, Juna le explica a Javier que para que puedan tener una vida feliz, él debe asesinar al despótico tío de ella.

COMENTARIO:Segunda incursión de Juan Antonio Bardem en el thriller tras la magnífica “La corrupción de Chris Miller”. Si en aquella película era el actor Barry Stokes quien se las veía, en una rocambolesca trama, con Jean Seberg y Marisol, en esta ocasión es el inglés Murray Head quien se mete en un lio tremendo con nuestra querida actriz malagueña. Estamos ante una producción española, con un guion firmado por Rafael Azcona y el propio director, basado en la novela “Joc Brut” de Manuel de Pedrolo.

El comienzo de la película nos recuerda enseguida al que vimos un par de años antes en “La semana del asesino” (Eloy de la Iglesia, 1973), este es el de un joven metido en un coche de la policía. Mediante un gran flashback, para volver a esa escena en los últimos minutos de la cinta, asistimos a la historia de Javier, un joven que vive con su madre, con un trabajo que apenas le da para pagar las letras de lo que debe, y cuya máxima diversión es acudir de vez en cuando a una discoteca cercana, quedando en alguna ocasión con una camarera para “hacer el amor”.

Un día se encuentra con una joven que tiene problemas para arrancar su coche, se lo arregla y ella se ofrece para llevarle donde quiera, Javier se sentirá atraído por Juna, una chica de lo más misteriosa, que no quiere que los vean juntos, que le dice que pronto se ira y es inútil una relación, ya que tiene el compromiso de casarse con un chico de su pueblo. La obsesión y el deseo de Javier ira en aumento, y Juna seguirá jugando con él, hasta que un día le propone acabar con su tío carnal. Si Javier lo mata, podrán estar juntos y casarse. Y para ello, Juna tiene un plan que no puede fallar…

La primera hora de metraje se hace un poco pesada, quizás sobra alguna escena y minutos en los que no ocurre casi nada, pero como pasa con “La corrupción de Chris Miller”, la última media hora de la película es lo mejor y más potente de esta. Tras el crimen habrá una serie de acontecimientos que irán descuadrando a nuestro protagonista, con un final de lo más sorprendente, y es toda esta parte de la trama la que tiene un aroma al giallo hecho en Italia.

En resumen, la película no es que sea el mejor ejemplo de cine influenciado, en mayor o menor medida, por el thriller italiano, pero si tiene cositas de este, y como ya he dicho, la última parte de la película es colosal, ergo, merece la pena que le des una oportunidad.


SONNO PROFONDO

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: Sonno profondo
TITULO EN ESPAÑA: Sonno profondo
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2013
DIRECTOR: Luciano Onetti
REPARTO: Luciano Onetti
Daiana García
Silvia Duhalde
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: Tyrannosaurus Entertainment

SINOPSIS: Tras matar a una joven mujer, un asesino traumatizado por los recuerdos de su infancia recibe un misterioso sobre por debajo de su puerta. El cazador se convierte en presa cuando descubre que dicho sobre contiene fotografías suyas asesinando a la joven.

COMENTARIO:Estamos ante la opera prima del argentino Luciano Onetti, quien además pone la música en la película, con claras influencias de Ennio Morricone y Goblin. En la labor de producción tenemos a su hermano Nicolás Onetti.

El guion, o más bien las ideas para la cinta, surgen también de la cabeza del propio director. Sonno profondo está hecha con mucha improvisación, con escenas grabadas en tiempo real, con otras grabadas en cinco minutos, y otras que son bastante curiosas, como la del asesinato, con víctima y criminal interpretados por la misma actriz.

Podríamos calificar la película como un neo-giallo experimental, en el no tenemos apenas diálogos y el reparto es cortísimo. Asistimos a una trama vista desde los ojos del asesino, con el uso continuo de la cámara subjetiva y muchos zooms. No tenemos investigación policial, múltiples asesinatos ni sospechosos, por lo que estamos ante un homenaje al giallo bastante peculiar, con una sucesión de imágenes que nos hacen evocar al género hecho en los setenta. A lo largo de la trama vemos al típico asesino con guantes negros, sangre, asesinatos, maniquíes, whisky J&B, erotismo, dibujos infantiles, revistas y coches de la época.

En la película están claras las influencias de Argento, Martino o Cavara, y quizás estemos ante una buena base para futuras realizaciones de los hermanos Onetti. Su segunda película lleva por título “Francesca” y, a priori, promete mucho más que esta, que para algunos puede resultar pesada y desconcertante, pese a que solo dura unos 65 minutos.

Ya lo he dicho varias veces, para quien les escribe el giallo murió hace ya mucho tiempo, se agradecen los homenajes que distintos cineastas le han dado en los últimos años, pero por mucho empeño que se ponga estos no alcanzan el nivel del cine hecho en la época dorada del género. Tengo que añadir que Sonno profondo ha recibido bastantes premios a lo largo del planeta, así como docenas de críticas positivas por parte de cinéfilos y seguidores del giallo clásico, así que solo por eso debes verla y opinar por ti mismo.

En nuestro país ha sido editada en DVD-R por la casa Tyrannosaurus Entertainment, un formato ideal para pequeñas producciones que deben ser conocidas, pero que, por las causas que sea, no cuentan con el apoyo de editoras más grandes. En el DVD se incluye una pequeña entrevista con el director, además de los trailers usados para la promoción de la película. Aun estas a tiempo de hacerte con ella, para poder adquirirla puedes hacerlo a través de los amigos de La mansión del terror.

LAS CARAS DE LA OSCURIDAD: IDA GALLI

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Escrito por ROBERT GARCIA


Ida Galli nacía el 9 de Abril de 1942 en Sestola, Emilia-Romagna (Italia), aunque otras fuentes dan como fecha de su nacimiento el 8 de Octubre de 1939. Tras acabar sus estudios de primaria, se trasladó a Roma, donde empieza a dar sus primeros pasos como actriz, participando en diversos castings. Con el seudónimo de Arianna acomete su primer papel en la película “En el cielo pintado de azul” (Nel blu dipinto di blu – Piero Tellini, 1959). A los pocos meses, Federico Fellini pone sus ojos en la actriz, haciéndole partícipe, con un pequeño papel, de una de sus obras maestras: “La dolce vita” (1960). 

En los siguientes años a la actriz la contrataron para un buen montón de títulos, destacando en “El cuerpo y el látigo” (La frusta e il corpo – Mario Bava, 1963), “El gatopardo” (Il gatopardo – Luchino Visconti, 1963) y en diversas apariciones en euro-westerns como “Un dólar agujereado” (Un dollaro bucato – Giorgio Ferroni, 1965). Es en esta donde toma como seudónimo el de Evelyn Stewart, el nombre por el que es más conocida por los amantes del cinema-bis europeo. 

En la época dorada del cine de género participa en producciones de toda índole, en cintas bélicas, de espías o comedias, y evidentemente el giallo no iba dejar pasar a tan buena actriz, no obstante estamos ante una de las mujeres con más participaciones en thrillers italianos. Su primera incursión en el género es en ”El dulce cuerpo de Deborah” (Il dolce corpo di Deborah – Romolo Guerrieri, 1968)

Le seguirían apariciones en los siguientes gialli: 


Durante la década de los setenta y hasta principios de los ochenta apareció en bastantes títulos, para ir reduciendo sus apariciones en la gran pantalla. En los últimos años de esta década y de la siguiente apenas aparecería en media docena de películas, retirándose definitivamente del mundo del cine en 1991 con un bagaje de más de 60 títulos. Por su excelente carrera, y sus apariciones en el giallo, merece sin duda un sitio de honor en nuestra sección “Las caras de la oscuridad”.

GIALLO VS. SLASHER (PARTE I)

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ESCRITO POR ALFONSO & MIGUEL ROMERO

El giallo y el slasher, es evidente, comparten no pocos puntos en común. Ambos surgieron dentro del cine de explotación y consumo y presentan notables similitudes temáticas. Ninguno de estos géneros (o subgéneros, según algunos) surgió de la nada, beben de múltiples y variadas fuentes y algunas resultan también coincidentes, como la seminal “Psicosis” (1960) de Alfred Hitchcock, el considerado primer título del cine de terror moderno. Además, ningún género es, afortunadamente, impermeable a préstamos o influencias externas, y tanto el giallo como el slasher han mirado al contrario apropiándose de elementos del prójimo. Pero, por otra parte, cada uno floreció en un país (y un continente) distinto en momentos muy diferentes, respondiendo por tanto a determinadas coordenadas sociales, políticas y económicas.


El giallo, al igual que el gótico italiano, el spaghetti-western e incluso el poliziesco, lo hemos dicho en más ocasiones, es un género visual más que narrativo. Lo importante no es qué nos cuentan sino cómo nos lo cuentan, lo que vemos en la pantalla es más significativo que el propio guión: “Son los estilemas, los elementos iconográficos, los motivos estéticos y hasta los elementos técnicos, los que definen realmente un giallo. Es decir, los elementos pura y verdaderamente cinematográficos, ajenos a la verbosidad literaria y prehistórica del guión y de la historia” (1). Lo primordial son los asesinatos, su ejecución y su liturgia. Qué más da quién haya cometido los crímenes y qué le impulsó a ello, lo que de verdad interesa es cómo se van a cometer esos asesinatos, siendo por tanto la puesta en escena la reina de la función. Los ángulos de cámara (en ocasiones realmente imaginativos y retorcidos), los sostenidos planos secuencia, el punto de vista elegido (el subjetivo se impone tras la llegada de Argento al género), la fotografía, etc..., esa orquestación de homicidios realmente operísticos y recargados por encima de la lógica, de los guiones cogidos por los pelos o llenos de trampas, y de los constantes y forzados giros argumentales o la reiteración temática. La imagen se alza como importantísimo elemento narrativo. Italia ha sido desde siempre, y sobre todo en el rico periodo renacentista, un país que ha convertido la muerte en arte y que ha representado en múltiples ocasiones artísticamente la defunción. Belleza, dolor y muerte van ligados, y con apuesta preferente por los colores primordiales en sus tonalidades más cálidas, donde destaca, faltaría más, el rojo (sangre). La fotografía del giallo es fiel heredera de los muchos artistas transalpinos que trataron el tormento y el deceso en pintura, arquitectura o cualquier otra arte plástica. En los asesinatos, el director nos plasma un precioso y colorista lienzo. El realizador se convierte, a través del asesino y sus andanzas, en un artista de la defunción, creando unas hermosas (y sangrientas) obras llenas de cadáveres. Uno de los ejemplos más característicos (y también más extremos) lo podríamos encontrar en “Aquarius” (1987) de Michelle Soavi (hijo de pintores y quien ha reflejado en sus films como nadie en el género esta unión de arte y muerte), donde recreaba un cuadro de Max Ernst en uno de los asesinatos de este imprescindible título (2). Argento, quién si no, construyó una arquitectura barroca y retorcida en sus mejores gialli, creando con ella un mundo de fantasía, de cuento de hadas perverso, dentro de los muros de la academia de danza de “Suspiria” (1977), o incluso aprovechándola para despistar al espectador en “Rojo oscuro” (1975), sus dos trabajos más logrados en el género y a la par sus mejores obras de arte. No importa lo inverosímil o retorcido que puedan llegar a resultar, cuanto más hiperbólicos sean los asesinatos más impresionantes los resultados, como el corazón sacado del pecho, aún latiendo, en la citada “Suspiria”, o la garganta cercenada a lo bestia en busca de una fatal prueba de “Terror en la ópera” (1987), también del director romano. Con la instauración del giallo según Dario Argento tras el estreno de “El pájaro de las plumas de cristal” (1969) llega también la preferencia de los héroes (por llamarlos de alguna manera, porque suelen verse inmiscuidos en el asunto no de forma voluntaria) pertenecientes al mundo del arte (una vez más), ya sean pintores, músicos, escritores, etc... junto con recintos tan propios de este mundillo como son los escenarios, pensemos en “El asesino ha reservado nueve butacas” (1974) de Giuseppe Bennati o “Terror en la ópera”, donde aquéllos se convierten en auténticas cámaras mortuorias. Actores, quienes finjen ser cualquiera, cuyas máscaras ayudan a ocultar la identidad del asesino, como los de “La orgía de la sangre” (1972) de Romano Scavolini. Y es que los escenarios son la esencia misma del giallo y su asesino, marcos idóneos para que el “artista” cometa los asesinatos, dando forma así a sus obras de arte. Y nos valen de igual modo las pasarelas. El mundo de la moda y las modelos, donde rara vez faltan los maniquíes, será una constante en el giallo, quedando integrado en el género desde la inaugural “Seis mujeres para el asesino” (1964) del maestro Mario Bava y que se repetirá en múltiples ocasiones en títulos de diversa catadura, véanse “Desnuda para el asesino” (1975) de Andrea Bianchi, “Bajo el vestido, nada” (1985) de Carlo Vanzina, o “Crímenes en portada” (1987) de Lamberto Bava. Crímenes entre bastidores, referentes tenemos varios, “La estrella de variedades” (1942), de William Wellman, o “Pánico en la escena” (1950) de Hitchcock, por rebuscar entre los clásicos, y el slasher lo tratará en alguna ocasión, como en la canadiense “Cortinas” (1982) de Jonathan Stryker, o la reciente y paródica (y fallida) “Stage fright” (2014) de Jerome Sable, pero serán casos minoritarios.


Ello nos lleva a los marcos, los ambientes preferentes en uno y otro. Centrándonos en el giallo, junto a los más pretendidamente cosmopolitas, generalmente de finales de los 60, que ambientaron sus tramas en el swinging London, o los últimos, a comienzos de los 80, que trataron de camuflar los films como americanos y desarrollaron sus historias en los USA, con cierta preferencia por la Gran Manzana, el thrilling all’ italiana sacó todo el potencial que tenían las urbes transalpinas, tanto el casco antiguo de las ciudades, como los edificios más modernistas del momento, o las afueras industriales que daban un cierto toque post-apocalíptico al conjunto. Ya fuera en una Roma amenazadora, barroca y fantasmal, o en una Venecia cuyos canales parecen llevar en dirección única al cementerio. Pero también los asesinos del giallo hicieron de las suyas en el campo, muy recordados los ejemplos de Lucio Fulci y Pupi Avati con “Angustia de silencio” (1972) y “La casa dalle finestre che ridono” (1976) respectivamente, valgan también los muy destacables “L'arma, l'ora, il movente” (1973) de Francesco Mazzei y “Sombra sangrienta” (1978) de Antonio Bido. Un entorno, el rural, donde gobierna el miedo, las conspiraciones de silencio, las viejas supersticiones, las costumbres arcaicas, y donde no parece que haya nadie que pueda ayudar, o son todos sospechosos o quien pretende echar una mano aparece muerto. En los psycho-gialli, el modelo instaurado por Umberto Lenzi con su trilogía compuesta por “Orgasmo” (1969), “Así de dulce, así de maravillosa” (1969) y “Un tranquilo lugar para matar” (1970) -títulos deudores de los films franceses “A pleno sol” (1960), de René Clément, y “La piscina” (1968), de Jacques Deray-, llenos de gente guapa y adinerada, con vicios privados y públicas virtudes, egoístas y rencorosos, ambiciosos y ruines tras su opulenta apariencia, se apostó por las lujosas mansiones, ostentosos chalets y otras modernas, fastuosas y espaciosas estancias, apartadas del mundanal ruido, ya fuera en las afueras de un pueblo, en lo alto de una solitaria montaña o en medio de una isla desierta. Espacios abiertos, soleados, blancos, presuntos paraísos terrenales que se convierten en un infierno en la Tierra, en lugares ideales para matar y morir.

El slasher, enfocado en buena medida para el público adolescente y juvenil, tendrá como protagonistas preferentemente a gente joven, y las tramas se desplegarán en muchos de sus títulos en ambientes y actividades teenagers y/o universitarias: institutos, boleras, autocines, campus universitarios, fraternidades, gimnasios, fiestas/bailes de graduación, etc... ejemplos los hay a patadas: “Prom night. Llamadas de terror” (1980) de Paul Lynch, “Graduation day” (1981) de Herb Reed, “Slumber party massacre” (1982) de Amy Jones, “Siete mujeres atrapadas” (1983) de Mark Rosman, “La iniciación” (1984) de Larry Stewart, “El internado” (1986) de Carol Frank, “Una por una” (1986) de S. William Hinzman, “Blood sisters” (1986) de Roberta Findlay, “Slasher High” (1987) de George Dugdale, Mark Ezra y Peter Litter, “Hello Mary Lou” (1987) de Bruce Pittman (secuela de “Prom night”), “Cemetery High” (1987) de Gorman Bechard,... También muchos se enmarcarán lejos de la ciudad: las acampadas al aire libre y los campamentos de verano son actividades tan americanas como la tarta de manzana, y los Estados Unidos disponen de grandes extensiones de campo y bosques donde los psychokillers matarán a sus anchas a los pobres incautos que se dejen caer por allí, mientras los agentes de la ley están muy lejos para poder echar una mano cuando no forman parte de los mismos matarifes. Lugares apartados de cualquier atisbo de civilización, con gentes temerosas de Dios, ancladas en viejas costumbres. Puro gótico americano. Ahí están “Viernes 13” y sus secuelas, “Campamento sangriento” (1983) de Robert Hilzik, que conocería dos continuaciones, “Tras la medianoche” (1982) de John A. Russo, “Animadoras asesinas” (1988) de John Quinn,...


Tanto en uno como en otro se da la predilección por las armas blancas, aunque no hablamos, por supuesto, de exclusividad. El cuchillo se convierte en el maestro de ceremonias, y al igual que éste valen los puñales o la llamativa navaja de barbero. Esta última hace aparición en el giallo en “La lama nel corpo” (1966), aunque mejor se recuerde su uso en “El pájaro de las plumas de cristal”, “La muerte camina con tacón alto” (1971) de Luciano Ercoli, o “La lengua de fuego de la iguana” (1971) de Riccardo Freda (firmando como Willy Pareto). La navaja de afeitar tendría la década siguiente una importancia capital en “Vestida para matar” (1980), una de las cintas de Brian De Palma más deudoras del giallo italiano. De igual modo, De Palma sublima el taladro como mortífera herramienta en “Doble cuerpo” (1984), instrumento utilizado para análogos fines 12 años antes por Umberto Lenzi en “Siete orquídeas manchadas de rojo”.

El slasher, cuyo nombre viene precisamente de “slash” (cuchillada), es en sí mismo una variación (simplificación que dicen algunos) del psycho-thriller (que nace con “Psicosis”). Sus hieráticos asesinos tienen igualmente predilección por los cuchillos y demás armas blancas. El machete de Jason es todo un símbolo, inseparable de la figura del enorme killer de Crystal Lake. La horca es la favorita de “El asesino de Rosemary” (1981), de Joseph Zito, las tijeras de podar la del psicópata de “La quema” (1981) de Tony Maylam, el taladro el de “Slumber party massacre”, etc...


El asesino del giallo, camuflado tantas veces bajo su atuendo característico de gabardina, sombrero y guantes negros (o análogo), llega a ser un personaje abstracto, cualquiera (hombre o mujer, aunque frecuenten los primeros) puede ocultarse bajo esos ropajes para cometer los crímenes, cuyos motivos acostumbran a ser los puramente crematísticos (el vil metal, fuente de tantas conspiraciones) o como resulta de un comportamiento esquizoide fruto de alguna mente desequilibrada por un trauma infantil. Además, hasta en los ejemplos más fantásticos y surrealistas del género, ya en los 70, al asesino si lo matan... se muere. Esto que puede parecer de perogrullo no lo es en cuanto veamos la parte que le corresponde al slasher. En éste, el responsable de las muertes, en sus más recordados títulos, llega a convertirse más que en un personaje en un icono, caracterizándose precisamente por su ropa y su máscara e incluso erigiéndose en el verdadero protagonista de la función. Las sagas de “Viernes 13”, “La noche de Halloween” o “Maniac Cop” no serían tales sin la presencia de Jason Voorhes, Michael Myers y Matt Cordell. Que pasan de ser meros asesinos a convertirse en el boogeyman, el hombre del saco, que se materializa en cualquier parte, y si los matan... reviven las veces que haga falta, mientras el público esté dispuesto a seguir la franquicia, como bien nos recordaban en el irónico final de “Scream. Vigila quien llama” (1996) de Wes Craven. El motivo que los mueve suele ser la venganza contra quienes en el pasado le hicieron alguna jugarreta que acabó en tragedia, aunque una vez exterminados estos, bienvenidas sean las nuevas víctimas. Los inmortales psychokillers del slasher, que acostumbran a ser tipos de gran tamaño, hieráticos, sin sentimientos, movidos sólo por su afán vengativo de matar, parecen muchas veces por todo ello deidades nórdicas castigando a quienes se atrevieron a ofenderles. Lejos, muy lejos, quedan del asesino del giallo que “en su vida doméstica resulta ser un personaje anodino, un punto gris, huérfano de empatía, hijos de la brillantez resolutiva de sus crímenes” (3), como sería el caso de “El destripador de Nueva york”, en palabras de Jesús Palacios "tampoco el asesino es un demonio, más bien un condenado más, atrapado en su propio infierno" (4).


Los barrocos, sanguinolentos y crueles crímenes cometidos frente a la cámara por los múltiples y (usualmente) enmascarados asesinos del giallo, tienen mucho de liturgia, de rito. Nada de extrañar tratándose Italia de un país católico como ninguno, acostumbradas sus gentes a los recargados rituales religiosos donde la sangre y el dolor están siempre presentes, sobre todo en las penitencias, y donde lo puramente católico se mezcla indisolublemente con viejos ritos paganos (5). Y a pesar de todo, o tal vez por ello mismo, un hálito anticlerical planea por no pocos títulos del thriller italiano.

El cine de género italiano de las gloriosas décadas de los 60 y 70 fue, como ha dicho tantas veces la misma crítica transalpina, un cine de izquierdas. Muchos de los profesionales que participaron y contribuyeron a definir los géneros en Italia eran conocidos militantes del PCI, y en sus trabajos dejaron constancia (ya fuera de manera más o menos consciente) de sus ideas. Sería el poliziesco el género donde se vio de manera más explícita y descarada todo esto, atacando al sistema desde sus legisladores y mandatarios hasta el resultado de aquél en el lumpen, pero de igual modo son muchos los giallos que apuntan con dedo acusatorio los vicios y malas artes de magistrados, clérigos, burgueses, etc... Una mirada crítica que iría disipándose con la llegada de los 80. El slasher, si bien se podría rebuscar algún título aislado, consciente de su función de cine de consumo adolescente no incluyó esa mirada acusatoria y las víctimas del maníaco eran, al igual que su público, mayormente gente joven.


Hay incidencia en el giallo por retratar (en negro) la burguesía y sus muchos vicios (frente a sus escasas virtudes). Su disoluta vida social y sexual (acaso lo mismo), exenta de valores, se antoja liberada (y libertina), y se inclina, muchas veces, hacia la bisexualidad y/o la homosexualidad. Estos personajes tienen el sanbenito de víctima o verdugo, si no son los malos de todos modos pagarán por sus pecados. Son numerosos los casos con lesbianas en el giallo, tenemos a Marisa Mell y Elsa Martinelli en “Una historia perversa” (1969), de Lucio Fulci, la Margaret Lee de “A doppia faccia” (1969), de Riccardo Freda (acreditado como Robert Hampton), Florinda Bolkan en “Una lagartija con piel de mujer” (la bisexualidad de la misma Bolkan se aireó mucho en la prensa cotilla de la época), Monica Strebel y Jane Garret en “La bestia mata a sangre fría” (1971) de Fernando Di Leo, Sylva Koscina y Marisa Mell en “Historia de una traición” (1972) de José Antonio Nieves Conde, Carla Brait y Angela Covello en “Torso, violencia carnal” (1973) de Sergio Martino, la Erna Schürer de “Desnuda para el asesino”,...y un largo etcétera. En ocasiones son personajes lesbianos esenciales para la resolución de la trama, como en la citada cinta de Bianchi o en “Las lágrimas de Jennifer” (1972) de Giuliano Carnimeo. Las lesbianas llegan a convertirse incluso en un cliché dentro del giallo. En menor medida la homosexualidad masculina será tratada (y no precisamente de forma positiva) en algunos (notables) ejemplos (6), caso de “El día negro” (1971) de Luigi Bazzoni, “Rojo oscuro”, y queda ligeramente apuntada entre los villanos de “La perversa señora Ward” (1971) de Sergio Martino, o entre los sospechosos (cómo no) de “El gato de las nueve colas” (1971) de Dario Argento, y de las víctimas de “Sombra sangrienta” (1978) de Antonio Bido. Tampoco faltaron travestidos dentro del giallo, sirvan como ejemplos “Violación en las aulas” (1969) de Fernando Di Leo, adaptando "Muerte en la escuela" de Leonardo Scerbanenco, “Quién la ha visto morir” (1972) de Aldo Lado, o  “El vicio tiene medias negras” (1975) de Tano Cimarosa. Al género miró (y mucho de él cogió) Brian De Palma, gran conocedor y amante del cine europeo de género en su magnífica “Vestida para matar”, cinta que nuestra que su director sabía mucho del thriller italiano pero que a la par hace clara referencia a una de sus películas de cabecera, “Psicosis”; y al film de De Palma miraba Katt Shea Ruben en su “Desnuda para matar” (1986), ambientada en un local tan americano (y habitual en el cine made in USA) como un club de striptease. Del mismo modo un asesino travesti acecha entre los muros de la escuela de baile de “Danza macabra” (1992), coproducción USA-Rusia rodada en San Petersburgo por Greydon Clark para la 21st Century Film Corporation de Menahem Golan, un título que tiene como referencias evidentes al giallo, a Argento y a “Suspiria”. Aunque hablando estrictamente de slashers, encontramos asesinos travestis en “El tren del terror” (1980) de Roger Spottiswoode y, sobre todo, “Campamento sangriento” (1983), desprendidos ambos de la carga crítica social de los italianos.


Siguiendo con el exterminio de las personas de vida disoluta, las prostitutas serían las víctimas designadas en “La piel bajo las uñas” / “Semillas de sangre” (1974), de Alessandro Santini, o “Prostituzione” (1974) de Rino Di Silvestro, con asesinos que parecen tener como referente al suyo afectísimo, Jack. Pero el giallo fue aún más lejos, incluyendo la prostitución juvenil, a cargo de jovencitas escasas de moral y ávidas de sensaciones y dinero para gastar en el agresivo capitalismo surgido con el “miracolo economico”. Deseos que se verán truncados en manos del asesino (moralista) de rigor. Con Edgar Wallace como referente literario, Massimo Dallamano dirige “Qué habéis hecho con Solange” (1972), a la que seguirán "La polizia chiede auto" (1974) del mismo realizador, y “Tráfico de menores” (1978) de Alberto Negrin.

En relación al tema de las féminas como víctimas propicias, Bassa y Freixas escribían “El giallo es, con toda probabilidad, el único género cimentado en el dolor y la muerte, a veces súbita, agónica en ocasiones, de la/una mujer” (7). Amy Jones por su lado, frente a buena parte de la crítica que tachó a estas producciones de machistas y misóginas (recordemos la que se armó con el estreno del "Maniac" de William Lustig en 1980), comentaba en el documental “Going to pieces” (2006) que, haciendo un repaso a las películas slasher, comprobábamos que matan a más hombres que a mujeres y que ellas son las que suelen acabar con el asesino, saliendo al final más fuertes, encontrando una lectura feminista al género.

En ambos el sexo parece conducir a la muerte. El asesino se muestra moralista en los dos casos. En el slasher, como bien nos recordaban irónicamente en “Scream. Vigila quién llama”, tener sexo etiqueta a dicho/s personaje/s como víctima segura. Las chicas virginales se convierten en las heroínas de la película, y aquélla que osa perder la virginidad o acostumbra a tener sexo obtendrá su merecido castigo por su conducta casquivana. Sobre ello parodian a gusto en la reciente “Las últimas supervivientes” (2015), de Todd Strauss-Schulon. En el giallo, parece que el asesino quiere parar la libertad sexual de sus víctimas, esos burgueses de los que hemos hablado poco más arriba.


El thrilling all’italiana es, además, un género esencialmente voyeurista, como lo eran igualmente algunos títulos clave del cine de terror y misterio que han servido de inspiración a aquél, caso de “Psicosis” y “La ventana indiscreta” (1954), ambas del tito Hitch, o “El fotógrafo del pánico” (1960) de Michael Powell. El voyeurismo, tan habitual en el giallo, reina a sus anchas en títulos esenciales como “La muerte camina con tacón alto”, de Luciano Ercoli, “Qué habéis hecho con Solange” o “Torso”. Pero sobre todo tras la llegada de Argento, y esencialmente por el uso y abuso del plano subjetivo, el espectador pasará de observar a ser cómplice (más o menos voluntario) del asesino y sus masacres.
A partir de 1975-1976, el giallo, como manera de resistir más en la cártelera y aprovechando la relajación de las normas censoras (no sólo en Italia) irá incrementando y dando más importancia al sexo y los desnudos. Del fetichismo de los primeros ejemplos del género se pasa a títulos más explícitos en materia sexual.

El slasher, con todo el exhibicionismo de epidermis por parte de algunas buenas mozas en ciertos títulos y por su propia condición de un cine pensado sobre todo para el público juvenil, no se adentró en parafilias ni variedades sexuales.

(1) Jesús Palacios en “Killing me softly. Sobre las estéticas del giallo”, en "El giallo italiano: la oscuridad y la sangre" (Nuer Ediciones, 2001).
(2) En la imprescindible “Mi novia es un zombie”/“DellaMorte DellaMore” (1994), Soavi materializa el lienzo “La isla de los muertos” de Arnold Böcklin, autor que también sirvió de inspiración a otro europeo, Fritz Lang, en “Los nibelungos” (1924).
(3) Joan Bassa y Ramón Freixas en “Morir, dormir... tal vez sufrir. De la mujer como víctima” en "El giallo italiano: la oscuridad y la sangre" (Nuer Ediciones, 2001).
(4) Jesús Palacios en "El séptimo círculo: el giallo según Lucio Fulci", en "El giallo italiano: la oscuridad y la sangre" (Nuer Ediciones, 2001).
(5) Véase también, fuera del giallo, “El demonio” (1963) de Brunello Rondi, así como las sangrientas penitencias que practican anónimos feligreses en diversos mondos, como el seminal “Este perro mundo” (1961) de Gualtiero Jacopetti, Paolo Cavara y Franco Prosperi.
(6) De unos años a esta parte, en el cine norteamericano se ha dado una corriente de producciones juveniles destinadas preferentemente al público gay donde no falta el slasher. No hablamos por tanto de asesinos gays, sino de slashers con el público homo como principal objetivo.
(7) Op. cita 3.

CONTINUARA...

THE EDITOR

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: The Editor
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2014
DIRECTORES:Adam Brooks, Matthew Kennedy
REPARTO: Paz de la Huerta (Josephine Jardin)
Adam Brooks (Rey Ciso)
Matthew Kennedy (Peter Porfiry)
Conor Sweeney (Cal Konitz)
Udo Kier (Dr. Casini)
Laurence R. Harvey (Padre Clarke)
Jerry Wasserman (Inspector O'Connor)
Samantha Hill (Bella)
Kevin Anderson (Francesco Mancini)
Brett Donahue (Claudio)
Tristan Risk (Verónica)
Dan Bern (Umberto Fantori)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: Se están cometiendo una serie de brutales asesinatos mientras se rueda una película. Las victimas aparecen con los dedos de una mano cortados, lo que hace que el principal sospechoso sea Rey Ciso, el editor de la película, ya que sufrió un accidente en el pasado que le hizo perder los dedos.

COMENTARIO:Ha supuesto una bonita sorpresa el comprobar como desde Canadá nos llega este homenaje al giallo, y al cine de terror italiano. La cinta está dirigida entre Adam Brooks y Matthew Kennedy, que llevan en esto del cine una carrera muy similar, los dos son actores, han actuado en varias películas y cortometrajes, y también tienen dos papeles principales en esta “The Editor”, y como directores también colaboraron en el film “Father´s Day” (2011).

En el reparto nos encontramos con el gran Udo Kier, actor de amplísimo historial que ha sabido siempre adaptarse a los tiempos, participando en películas de lo más diverso desde su debut a finales de los sesenta hasta nuestros días. Inolvidables sus papeles en el díptico formado por “Carne para Frankenstein” (1973) y “Sangre para Drácula” (1974), dirigidas por Paul Morrissey y Andy Warhol, con la ayuda, según cuentas algunas lenguas, de Antonio Margheriti.

La trama está bastante bien, se están cometiendo unos asesinatos de lo más sanguinolento en el set de rodaje de una película, y el principal sospechoso es el editor de esta, pero también rondan por allí sospechosos variopintos, como uno de los actores, con ansias de conseguir a toda costa el papel principal de dicha película. No faltara la investigación policial de turno, y al final veremos quién es el asesino, con el final típico con giros de guion.

La película está llena de guiños y homenajes al giallo, y al cine de terror italiano. Así vemos escenas que nos recuerdan a “Suspiria” (Dario Argento, 1977), “Inferno” (1980), “Seis mujeres para el asesino” (Mario Bava, 1964), “El más allá” (Lucio Fulci, 1981), “Nueva york bajo el terror de los zombies” (Lucio Fulci, 1979), “El destripador de Nueva York” (Lucio Fulci, 1982), “Aquarius” (Michele Soavi, 1987), etc… pero también al horror americano, por ejemplo con una escena que recuerda a “El resplandor” (Stanley Kubrick, 1980).

La cosa no se queda en eso, tenemos una banda sonora en la que interviene Claudio Simonetti, y que nos recuerda mucho a las del thriller italiano. La fotografía, el montaje, los asesinatos, y como ya he dicho el final, son esenciales en la película, con un aroma muy cercano al giallo. Y quizás, lo único que sobra es ese punto cómico que aparece en diversas escenas. Ergo, película entretenida, ideal para pasar un buen rato.

DEMENCIA / OBSESIÓN MORTAL

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: Buio Omega
TITULOS EN ESPAÑA: Demencia / Obsesión mortal
AÑO DE PRODUCCIÓN: 1979
DIRECTOR: Joe D´Amato
REPARTO: Kieran Canter (Frank Wyler)
Cinzia Monreale (Anna Völkl & Elena Völkl)
Franca Stoppi (Iris)
Sam Modesto (Mr. Kale)
Anna Cardini (Corredora)
Lucia D'Elia (Jan)
Mario Pezzin (Parroco)
Walter Tribus (Handyman)
Klaus Rainer (Doctor)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: Con el título de “Demencia” por Estela Vídeo S.A. y con el de “Obsesión mortal” por Topacio Home Vídeo.
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: Con el título de “Demencia” por Llamentol S.L.

SINOPSIS: Un malintencionado conjuro, debido a una sesión de brujería fallida, acaba con la vida de la joven novia de Francesco, un taxidermista. Después de ser enterrada, Francesco recupera el cadáver de la chica y decide disecarlo para poder vivir a su lado eternamente. Le ayuda una siniestra mujer, ama de llaves de la mansión donde ambos viven. Francesco se convierte, poco a poco, en un demente sin cordura alguna, que realiza cualquier acción (tortura, violación, mutilación, descuartización...) con tal de que nadie descubra su "secreto".

COMENTARIO:Producción italiana rodada en apenas cuatro semanas en una villa cercana a Bressanone, y considerada una de las mejores obras de Joe D´Amato, pese a que para muchos no deja de ser una copia salvaje de "Il terzo occhio", pelicula dirigida por Mino Guerrini en 1966. "Buio Omega" a pasado a ser una cinta de culto por la que no parecen pasar los años, y es que según palabras del propio director “el gore y el soft core son dos géneros atemporales, lo que garantiza que tendrán público. No los describiría como modas, sino más bien como pilares de la historia del cine” (1).

Los papeles principales recaen en Kieran Canter y Franca Stoppi, los dos tienen un historial bastante corto, con apenas una docena de intervenciones en sendas películas, a él lo podemos ver por ejemplo en “Pensamientos morbosos” (Jacques Orth, 1980), a ella en “Terror en el convento” (Bruno Mattei, 1981) o en “Violencia en una cárcel de mujeres” (Bruno Mattei, 1982). También destaca en la película Cinzia Monreale, aunque su papel sea bastante estático, actriz a la que podemos ver en “Zapatones” (Steno, 1980) o “El más allá” (Lucio Fulci, 1981).

Me refería antes al gore, porque evidentemente para muchos aficionados al cine estamos ante una cinta de terror al uso, debido al alto contenido de hemoglobina que nos encontramos en esta, pero para muchos otros, entre los que me incluyo naturalmente, posee los elementos necesarios para catalogarla como thriller de terror, y con muchas similitudes con el giallo más común, empezando claro está por el director y el reparto, que son italianos, por los que no cabe catalogar a la película como slasher, por muchas hachas o cuchillos de gran tamaño que en ella salgan.

La demencia la podíamos definir como la perturbación, pérdida o debilitamiento de las facultades mentales, generalmente grave y progresivo, que se caracteriza por las alteraciones de la razón y trastornos en la conducta. Esto describe perfectamente lo que le ocurre al protagonista de nuestra historia, que lejos de ser ayudado por quien tiene cerca, se ve ayudado y apoyado en sus actos por su criada que en realidad quiere hacerse con su fortuna. La pérdida de la mujer que ama lo obsesiona llevándolo poco a poco a la locura, por lo tanto, la psicología es algo muy importante dentro de la trama, como lo es en innumerables gialli. Los títulos que la película recibió en nuestro país son, desde luego, de los más acertados que esta tuvo a nivel mundial.

Los asesinatos son brutales, amén del embalsamamiento que Frank práctica con su novia muerta, este y su enigmática criada no duda en descuartizar o quemar en el horno a sus víctimas. Pero aparte tenemos a un tipo, que llega a la casa con el pretexto de comprar uno de los animales que Frank embalsama, y se pone a husmear en el garaje. Además en algún momento y debido a la desaparición de una chica en la zona, tendremos la investigación policial de turno, bastante efímera y torpe.

Y al final asistiremos a alguna sorpresa, averiguaremos quien es ese tipo que mete sus narices en los asuntos de Frank, y tendremos un final de película realmente potente. Tan subido de tono como el resto de esta. En resumen, la película es colosal de principio a fin, un giallo de lo más terrorífico y probablemente el más salvaje hecho nunca, apto solo para estómagos curtidos.

No puedo, ni debo, dejar de destacar la banda sonora de “Demencia”, a cargo del grupo de rock progresivo Goblin, famoso por poner las notas musicales a gemas como “Rojo oscuro” (Dario Argento, 1975), “Suspiria” (Dario Argento, 1977) o “Zombi” (George A. Romero, 1978).

(1)  Entrevista realizada en 1994, traducida y publicada en el fantástico blog “El extraño vicio del doctor Hichcock”.

PIÙ TARDI CLAIRE, PIÙ TARDI...

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: Più tardi Claire, più tardi...
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 1968
DIRECTOR: Brunello Rondi
REPARTO: Gary Merrill (George)
Elga Andersen (Ann)
Georges Rivière
Rossella Falk
Margarita Robles
Adriana Asti
Marina Malfatti
Janine Reynaud
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: 1910. Un matrimonio se encuentra de vacaciones en la costa de Cornualles. La mujer resulta asesinada, y el marido comienza a buscar a una joven que se parece a ella…

COMENTARIO:Probablemente nos encontramos ante la peor película realizada por el cineasta Brunello Rondi, quien dirigió un total de 13 títulos en una veintena de años, dejándonos varias perlas en una filmografía que toco varios géneros. El giallo no se le dio demasiado bien, ya que su otra incursión en el género tampoco es que sea gran cosa, se trata de la olvidable “Le tue mani sul mio corpo” (1970).

En el reparto de la que nos ocupa tenemos al americano Gary Merrill, todo un especialista en el terreno de la televisión, pero que también tuvo actuaciones brillantes en el cine, a la alemana Elga Andersen, a la que podemos ver por ejemplo en la obra maestra de Louis Malle “Ascensor para el cadalso” (1958), y a un par de jóvenes actrices que darían que hablar en el futuro: Marina Malfatti y Janine Reynaud.

La película tiene muchas influencias del cine de Alfred Hitchcock, o incluso de films basados en historias de Agatha Christie, pero también las tiene del gótico italiano, como le pasa a otros gialli rodados antes de que llegara el boom del género, de la mano de Dario Argento y otros directores. Y como en otros títulos de la época, la trama se desarrolla en un ambiente de gente pudiente y adinerada, donde el lujo, la envidia y las dobles caras son comunes. Y donde, evidentemente, no falta el asesinato de turno para animar el cotarro.

Pero en conjunto, no resulta una película demasiado acertada, con un final un poco frio. La cinta tuvo problemas para ser acabada y estrenada. Tampoco ayuda a su disfrute, que las copias existentes actualmente sean bastante mediocres. En resumen, titulo para olvidar y solo recomendado para completistas del giallo.

HUELLAS DE PISADAS EN LA LUNA, GIALLO DE CULTO EN REGIA FILMS

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“Le orme”, conocida en España como “Huellas de pisadas en la luna” (con el articulo determinado “Las” delante, en su edición en VHS en nuestro país), es el nuevo lanzamiento en DVD de la casa Regia Films. Un giallo de culto, atípico, y con incursiones en otros géneros, tal como explico en mi renovada reseña en este blog. Reseña que puedes leer, pinchando aquí.

Como es normal habitual de la casa, la edición se presenta en las mejores condiciones posibles para un DVD, en formato anamórfico 1.85:1, pistas en castellano e italiano, con subtítulos en nuestro idioma. No contiene extras, pero si caratula reversible. Por un lado, tenemos la reconocible portada amarilla de la colección “Cinema giallo”, y por el otro, una a colores en los que predomina el azul. Esta portada doble es para que cada uno pueda elegir la que prefiera, la amarilla si consideráis la película como un giallo, y la otra si creéis que no debe pertenecer a la colección. Evidentemente, os recomiendo la amarilla.


Dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que aquí os dejo varias capturas de la película. No la dejéis pasar, se trata de un giallo que merece mucho la pena.









TULPA - PERDIZIONI MORTALI

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: Tulpa - Perdizioni mortali
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2012
DIRECTOR: Federico Zampaglione
REPARTO: Claudia Gerini (Lisa Boeri)
Michela Cescon (Giovanna)
Michele Placido (Roccaforte)
Ennio Tozzi (Ferri)
Ivan Franek (Stefan)
Piero Maggió (Ivan)
Federica Vincenti (Marla)
Nuot Arquint (Kiran)
Laurence Belgrave (Gerald)
Giulia Bertinelli (Paola)
Yohann Chopin (Chopin)
Giorgia Sinicorni (Lea)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: Lisa es joven, guapa, inteligente, tiene éxito en el trabajo… en su tiempo libre acude a un extraño club dirigido por un gurú tibetano, allí da rienda suelta al sexo, teniendo relaciones con hombres y mujeres sin ningún compromiso. El problema viene cuando diversos asistentes a esos encuentros están siendo asesinados brutalmente. Lisa no puede acudir a la policía, pues afectaría a su reputación y trabajo, así que decide resolverlo por su cuenta.

COMENTARIO:El romano Federico Zampaglione nació en 1968. En 2007 rueda su opera prima que lleva por título “Nero bifamiliare”, a esta le siguieron “Shadow” (2009), una cinta de la que he leído buenas críticas, y “Tulpa – Perdizioni mortali” que es su tercer y último largometraje hasta la fecha. En el reparto destacan el veterano Michele Placido y la actriz italiana Claudia Gerini, con un amplio historial y activa desde finales de los 80 la podemos ver por ejemplo en “La pasión de Cristo” (Mel Gibson, 2004).

“Tulpa” puede ser considerada un giallo puro y duro, con influencias del realizado en Italia durante los años dorados del género. Tenemos al típico asesino enguantado y oculto en ropa negra, del que no conoceremos su identidad hasta los minutos finales, que comete crímenes exageradamente brutales y sádicos. En esto, aparte del giallo, se puede afirmar que al director también le ha influenciado el cine moderno, más en concreto las películas que mezclan el gore con la tortura física y psicológica, y es que el nivel de sangre y violencia en algunas escenas es bastante alto.

Aparte de ello, no faltan en la trama personajes sospechosos, la investigación por parte de la afectada por los crímenes, una banda sonora acertada, y una fotografía magnifica, sobre todo en las escenas rodadas dentro del club. Tampoco faltan los desnudos, con fetichismo y voyerismo de por medio, y quizás lo único que le sobra al conjunto es el haber metido ligeros elementos sobrenaturales, innecesarios y que no aportan nada.

Pero esto no afecta a la película, ya que estamos ante un giallo moderno, que respeta los clásicos, y que supone un soplo de aire fresco al género. Esperemos que otros directores italianos, ya sean noveles o veteranos, tomen buena nota y vean que se pueden seguir haciendo buenos gialli en la actualidad. Notable muy alto para “Tulpa” en mi puntuación particular.

LAS CARAS DE LA OSCURIDAD: GIACOMO ROSSI STUART

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Escrito por ROBERT GARCIA 


Giacomo Rossi Stuart nacía el 25 de Agosto de 1942 en Todi, Umbria (Italia). De padre italiano y madre escocesa, se formo para el mundo del cine en los conocidos Actors Studio de Nueva York, dedicándose casi por completo al mundo de la interpretación. Escribió un guion y realizo labores de ayudante de dirección en dos largometrajes, pero como actor intervino en casi un centenar de películas, usando en ocasiones el seudónimo de Jack Stuart. 

Su debut en el cine se produce en 1953, con un papel en la producción franco-italiana “Jeunes mariés”, dirigida por Gilles Grangier. Le seguirían docenas de papeles en títulos de toda índole; “La morte viene dallo spazio” (Paolo Heusch, 1958), “Caltiki, il mostro immortale” (Riccardo Freda, 1959), “La esclava de Roma” (Sergio Grieco, 1961) o “Sodoma y Gomorra” (Robert Aldrich, 1962) son solo algunos títulos en los que vimos a Giacomo en sus primeros años. 

Apareció en cintas de sobra conocidas por los seguidores del cine fantástico, como en “The last man on Earth” (Ubaldo Ragona, 1964) y “Operazione paura” (Mario Bava, 1966), en westerns como “Gringo” (Ricardo Blasco, 1963), en péplums como “Los esclavos mas fuertes del mundo” (Michele Lupo, 1964), protagonizo algún euro-spy “Destino: Estambul 68” aka “Agente Z-55, misión Coleman” (Miguel Iglesias, 1967), y hasta tuvo un papel en “El Che Guevara” (Paolo Heusch, 1968), protagonizada por Francisco Rabal. Evidentemente, más tarde o más temprano iba a empezar a aparecer en algún giallo, y curiosamente fue nuestro Javier Setó el primero que lo llamo para ser uno de los protagonistas de la estupenda "Viaje al vacío" (1969).

Le seguirían apariciones en los siguientes gialli: 


En lo meramente personal, contrajo matrimonio con Klara Müller con la que tuvo un hijo llamado Kim y tres hijas llamadas Valentina, Ombretta y Loretta. Tanto Kim como Valentina siguieron los pasos de su padre y han trabajado o trabajan en el cine. Giacomo Rossi Stuart fallecía en Roma, el 20 de octubre de 1994 con tan solo 69 años. Nos dejó un buen número de actuaciones en el cine y el giallo, así que merece tener su sitio en esta humilde sección.

L'ÉTRANGE COULEUR DES LARMES DE TON CORPS

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: L'étrange couleur des larmes de ton corps
TITULO EN ESPAÑA: El extraño color de las lágrimas de tu cuerpo
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2013
DIRECTORES:Hélène Cattet, Bruno Forzani
REPARTO: Klaus Tange (Dan Kristensen)
Anna D'Annunzio (Barbara)
Jean-Michel Vovk (El inspector)
Ursula Bedena
Joe Koener
Birgit Yew
Hans De Munter
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN BLU-RAY: Regia Films

SINOPSIS: Una mujer desaparece. 
Su marido Dan investiga las extrañas circunstancias de su desaparición.
¿Le ha dejado? ¿Está muerta? Mientras avanza en su búsqueda, Dan se adentrará con la ayuda del inspector Vincentelli en un mundo de pesadilla, misterio y violencia...

COMENTARIO:Tras el éxito obtenido con “Amer” (2009), su primer neo-giallo, los franceses Hélène Cattet y Bruno Forzani vuelven a unir sus fuerzas para dejarnos otra excelente muestra dentro del género. Debe tratarse de una pareja muy curiosa y con mucho amor por el cine no demasiado convencional, y es que entre ambos títulos colaboraron en la película “The ABCs of Death”, coproducción estadounidense-neozelandesa compuesta por 26 cortometrajes, cada uno dirigido por un director diferente.

Pero vayamos al título que nos ocupa. En el tenemos las pautas seguidas por muchos gialli convencionales, nos encontramos con un tipo que vuelve de viaje y se encuentra con que su mujer ha desaparecido, lo extraño del caso es que no parece que hubiera problemas entre la pareja, que las cosas de la señora están en su sitio, y lo que es más raro, la cadenilla de la puerta se encontraba cerrada. ¿Cómo es posible que haya desaparecido? El señor Kristensen empieza a investigar entre los vecinos del inmueble…

La historia está continuamente salpicada con escenas que suponen una preciosa experiencia audiovisual, escenas en las que a veces te puedes perder, mezclándose en ellas personajes que no parece que tengan nada que ver con el protagonista principal. Sueños y pesadillas se van alternando con hechos que parecen reales, siendo la psicología parte importante de la trama. Desde luego, aunque tenemos la base de cualquier giallo conocido, no estamos ante un título típico. Nos encontramos al asesino con guantes negros, al policía que investiga, asesinatos sangrientos y retorcidos, victimas femeninas… pero todo con un aire muy radical visualmente hablando, con unas imágenes y fotografía asombrosas.

No puedo dejar de mencionar la banda sonora, con piezas musicales antológicas que pudimos oír en films italianos de los sesenta y setenta, de compositores como Ennio Morricone, Bruno Nicolai, Riz Ortolani, Guido and Maurizio De Angelis o Nico Fidenco entre otros.

Estamos ante un título que no creo que deje indiferente a nadie, tras haber leído muchas críticas negativas de él me temía que fuera un bodrio de grandes dimensiones, pero nada más lejos de la realidad. Me ha encantado de principio a fin, no se me ha hecho larga y creo que debéis darle no una sino varias oportunidades, porque estamos ante uno de esos títulos que se disfruta más en posteriores visionados.


“L'étrange couleur des larmes de ton corps” ha sido editada en BLU-RAY en nuestro país por Regia Films. En la portada se ha incluido la traducción del título en francés a nuestro idioma, sin duda “El extraño color de las lágrimas de tu cuerpo” es más fácil de recordar que el original. Supone el primer lanzamiento en alta edición de Regia, una casa que nos ha dado ya muchas alegrías a los fanáticos del giallo, y de otros muchos géneros, en formato DVD, y sin duda nos las seguirán dando en ambos formatos.

La edición es limitada a 1000 unidades, esta numerada a mano y cuenta con una presentación impecable, con funda exterior rígida conteniendo el propio disco en funda azul, póster tamaño A3 y un estupendo libreto de 20 páginas a todo color escrito por Roberto García-Ochoa Peces, webmaster del fabuloso blog Doble Kulto Cinema.

La calidad de imagen es sobresaliente, en 1080 Full HD y con su formato original en 2:35:1, sonido DTS-HD Master Audio 5.1 en francés (con fragmentos en danés y flamenco) y subtítulos en castellano. La película no fue doblada a nuestro idioma para sus pases en los diversos festivales en las que fue proyectada, y hubiera sido un error hacerlo viendo como es el audio original. Como extras solo tenemos el tráiler original, no necesitamos más para poder disfrutar de una edición excelente.

GIALLO VS. SLASHER (PARTE II)

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ESCRITO POR ALFONSO & MIGUEL ROMERO

Para leer la primera parte de este dossier pinchar aquí.

Con todos los precedentes que se quiera, que los hubo y no pocos, el slasher queda inaugurado con “La noche de Halloween” (1978) de John Carpenter, quien le conferirá algunos de sus rasgos fundamentales: situándolo en un lugar carácteristicamente estadounidense, en este caso un barrio residencial, y ocurriendo la acción en una fecha importante en el calendario anglosajón como es la noche de difuntos. Además de crear a ese asesino prácticamente inmortal y que se convierte en una personificación del mal (oculto tras una máscara), designar como víctimas preferentes a los/las jóvenes y alzar como heroína de la función a la más voluntariosa y virginal del grupo. El hecho que las chicas protagonistas ejerzan de niñeras es algo sui generis con los barrios residenciales (blancos) norteamericanos. Aunque el slasher como género explotativo y comercial queda consagrado con la llegada de la exploit directa del film de Carpenter, por supuesto nos referimos a “Viernes 13”. Sean S. Cunningham volverá a situar la trama en una fecha característicamente americana que igualmente coloca en el título, y llevando la acción en esta ocasión en los típicos campamentos de verano que, al igual que los barrios residenciales, están lo sufientemente alejados de las grandes urbes para no poder escapar del asesino. Las víctimas seguían siendo adolescentes con ganas de fiesta. De igual modo, un acontecimiento de años atrás volvía a hacer presencia comenzando la cuenta de cadáveres, e inauguraba por su parte lo que se convertirá en cliché, la venganza por un hecho pasado. Para “Viernes 13” contaron con la magia de un imaginativo Tom Savini para recrear los FX, quien se convertirá en pieza clave del género, siendo requeridos sus servicios en multitud de slashers, porque lo que hace el film de Cunningham es incluir muchas muertes sangrientas (la cinta de Carpenter apenas tenía gore), y con ello comenzaba la fiesta. A partir de ahora lo creativo y sangriento en los asesinatos se convierte en un reclamo para el público. Con “Viernes 13” se destapaba la caja de Pandora, la veda quedaba abierta y muy pronto muchas otras festividades llenas de hemogrobínicas matanzas llegaban a las carteleras: “El día de la madre” (1980) dirigida por Charles Kauffman para la Troma, “Fin de año maldito” (1980) de Emmett Alston, “To all a good night” (1980) del actor de culto David Hess, “San Valentín sangriento” (1981), film canadiense de George Mihalka, las navidades como diana en “Noche de paz, noche de muerte” (1984) de Charles E. Sellier Jr, coincidiendo con “No abrir hasta navidad” (1984), título británico realizado por el intérprete Edmund Purdom, que tenían como referente claro el “Navidades negras” (1974) de Bob Clark; William Lustig incluso se atrevería con la festividad más patriótica en la tardía "Uncle Sam" (1996), retitulada en nuestro país apropiadamente "Muerto el cuatro de julio". Y podríamos hacer mención a "Thanksgiving", el paródico fake-trailer de Eli Roth para "Grindhouse" (2007), el díptico de Tarantino y Rodriguez. Además, el slasher recurrió en alguna que otra ocasión a las leyendas urbanas como base: “Llama un extraño” (1979) de Fred Walton, “Sabe que estás sola” (1981) de Armand Mastroianni, etc...


Como producto comercial estadounidense, el slasher, a diferencia del thriller italiano, generó secuelas (hablamos no ya de películas sino de sagas al referirnos a “La noche de Halloween”, “Viernes 13”, “Maniac Cop” o “Pesadilla en Elm Street”), merchandising (camisetas, cómics, muñecos, tazas, toallas... y un largo etcétera), parodias, revivals, remakes, e incluso trasvases a la televisión. El giallo tuvo algún título más o menos cómico siguiendo sus directrices, como vendría a ser “Días de amor y venganza” (1979) de Sergio Corbucci pero, al contrario que el spaghetti-western o el poliziesco, no tuvo una vertiente paródica. El slasher sin embargo pronto sufrió parodias, como “Sábado 14” (1981) de Howard R. Cohen, amén que algunas secuelas oficiales de títulos de éxito tiraron por la vertiente de la caricatura riéndose de sus clichés con guiños al espectador, sería el caso de “Viernes 13 VI: Jason vive” (1986) de Tom McLoughlin, o, y siguiendo con el retoño de la señora Vorhees, “Jason X” (2001) de James Isaac. En tiempos más recientes, directores jóvenes han tratado el género de una manera nostágica a la vez que bromeando sobre él, como, entre otras, la hipergore e hipersexualizada "Gutterballs" (2008) de Roy Nicholson. El asesino (¿o hay más de uno?) de la bolera, el más hortera que se recuerda, que luce una bolsa de cuero para guardar la bola a modo de máscara y usa bolos como armas mortíferas.


Si consideramos, como indica la crítica, que el giallo terminó como género rentable en la taquilla en 1982 y con “Tenebre”, los posteriores ejemplos del mismo han sido homenajes o intentos en vano de resucitar al mismo en el plano comercial. El slasher al contrario vio reverdecer laureles a mediados de los 90. Precedido por la buena aceptación en taquilla de “Jóvenes y brujas” (1996) de Andrew Fleming, que avisaba del regreso del terror teenager a las carteleras, Wes Craven estrena “Scream. Vigila quien llama”, introduciendo un juego referencial y metalingüístico para con las normas del género y la complicidad del espectador avisado a la par que traer a las salas a nuevas generaciones con la inclusión en el reparto de estrellas del cine y la televisión. Craven contó con Drew Barrymore, Neve Campbell, también en la cinta de Fleming y que triunfaba por entonces con “Cinco en familia” (1994-2000), o Courteney Cox, que gozaba de su momento de gloria gracias a “Friends” (1994-2004). Seguirían con idéntica fórmula “Sé lo que hicísteis el último verano” (1997) de Jim Guillespie, o “Leyenda urbana” (1998) de Jamie Blanks, responsable también de “Un San Valentín de muerte” (2001), la única de este lote que no se convirtió en saga. A la vez, los viejos psycho-killers, léanse Jason, Freddie, Myers, e incluso Chucky, volvían a la carga aprovechando la salud de la que volvía a gozar el slasher, llegando a materializarse incluso el viejo proyecto de enfrentar a los dos primeros, que recaería finalmente en manos del chino Ronny Yu en la incomprendida “Freddie vs Jason” (2003). Con el cambio de siglo se estrenaba en salas algún slasher de interés, como es el caso de “Los ojos del mal” (2006) de Gregory Dark, responsable de importantes títulos del porno-USA de los 80 y 90, pero a rasgos generales el filón se presentaba agotado, quedando refugiado en el mercado doméstico en cintas de escaso interés. Mientras, la gran pantalla volvía a llenarse de sangre con la llegada del controvertido torture-porn, a la par que se sucedían remakes de viejos éxitos del cine de terror de los 70 y 80 reclamando espectadores jóvenes. Con el éxito de los remakes de “La matanza de Texas” (2003) a cargo de Marcus Nispel o “El amanecer de los muertos” (2004) por Zack Snyder, no tardarían en llegar “La morada del miedo” (2005) de Andrew Williams, “Carretera al infierno” (2007) de Dave Meyers o “The Crazies” (2010) de Breck Eisner. Y, por supuesto, los títulos claves del slasher eran igualmente revisitados, el propio Nispel se hizo con las riendas del remake de “Viernes 13” (2009) y Samuel Bayer con el de “Pesadilla en Elm Street” (2010). El productor Michael Bay estuvo detrás de muchas de estas, por así decirlo, puestas al día de los títulos clave del cine de terror made in USA. Pero hubieron muchos más, Simon West, de profesión sus cintas de acción para la Millenium, realizó “Cuando llama un extraño”, Glen Morgan “Negra navidad” (2006), Stewart Hendler “Hermandad de sangre” (2009), Steven C. Miller “Silent night, deadly night” (2012), etc...Destacando el resurgir de Michael Myers de la mano de Rob Zombie en “Halloween. El origen” (2007) y su directa secuela “Halloween II” (2009).


Ya a finales de los 80, en plena fiebre por las correrías del asesino de Elm Street, Freddy se pasaba a la pequeña pantalla en series como “Las pesadillas de Freddie” (1988-1990) -similar fue “Nightmare Café”, (1992) con Wes Craven y Englund involucrados-, pero ha sido más recientemente cuando el slasher catódico ha tenido mejor aceptación con “Scream” (2015) en la MTV y “Scream queens” (2015) de la FOX. En esta segunda se encuantran dos generaciones de reinas del grito, representadas por Jamie Lee Curtis y Emma Roberts. En Italia tal vez haya sido Lamberto Bava quien con más asiduidad ha trabajado para la caja tonta. Ayudó a su padre a terminar  "La Venere d'Ille" (1979), la primera película fantástica hecha para la televisón italiana, basada en un relato de Prosper Merimée dentro de la primera y única temporada de "I giochi del diavolo" (1981). Anduvo metido también en las series "Turno di notte" (1987) y "Brivido giallo" (1987-1988), para la que realizó cuatro telefilmes que por aquí nos llegarían en formato VHS. Más involucrado en el terreno de la fantasía y la aventura familiar durante los 90, en los últimos años ha vuelto al terror en el medio catódico con "6 passi nel giallo" (2012) (10), serie de seis episodios de los que Lamberto se encargó de la dirección de tres de ellos, los otros recaerían en su hijo Roy y en Edoardo Margheriti (vástago de Antonio), y lleva un tiempo buscando financiación para llevar adelante la respuesta italiana a "Masters of Horror" (2005-2006), serie norteamericana conducida por Mick Garris donde, recordemos, Dario Argento participó en sus dos temporadas con los capítulos "Jenifer" (11) y "Pieles" (12) respectivamente. Producciones éstas que, pese a la perseverancia de Lamberto Bava, Dario Argento y unos pocos más, no consiguen volver a despertar el interés del público de su país por el giallo y el fantástico. En Italia desde hace ya unos años triunfa principalmente la comedia, un género con mucha tradición allí, pero ahora con un tono bastante más amable e incluso en no pocas ocasiones de corte femenino.


Podíamos igualmente hacer mención a la misma nomenclarura. Los giallos tienen, por derecho, algunos de los más fascinantes, surrealistas, retóricos y extensos títulos que se recuerdan, al menos en el italiano original (tantas veces alterado en la distribución). Dada la importancia del sexo en el género, muchos de ellos hacen alusión fetichista directa: “Alla ricerca del piacere” (1971) de Silvio Amadio, “El vicio tiene medias negras”, “Vicios prohibidos” (1971), de Sergio Martino, “Días de angustia”/”Le foto prohibite di una signora per bene” (1970), “La muerte acaricia a medianoche” (1971), “La muerte camina con tacón alto”, las tres de Ercoli,... Con el primer giallo de Argento se impone la moda de los títulos zoológicos al comienzo de los 70, junto con su trilogía “El pájaro de las plumas de cristal”, “Cuatro moscas sobre terciopelo gris” (1971) o “El gato de las nueve colas”, tenemos “La tarántula del vientre negro” (1971) de Paolo Cavara, “La lengua de fuego de la iguana”, “Una mariposa con las alas ensangrentadas” (1971) de Duccio Tessari... Enlazamos con los títulos numéricos, a los ya mencionados se le suman “Cinco muñecas para la luna de agosto” (1970) de Mario Bava, “El diablo tiene siete caras” (1971) de Osvaldo Civirani, “Sette scialli di seta gialla” (1972) de Sergio Pastore, “El asesino ha reservado nueve butacas”, “Nove ospiti per un delitto” (1977) de Ferdinando Baldi... Las producciones con interrogantes: “Qué habéis hecho con Solange”, “Quién la ha visto morir”... Títulos directos que buscan y consiguen el impacto, “Orgasmo”, “Spasmo” (1974) de Umberto Lenzi, “Delirium”/“Delirio caldo” (1972) de Renato Polselli, “Suspiria”, “Inferno” (1980) de Dario Argento, “Aquarius”, etc... Cuando no plenamente surrealistas, “La morte ha fatto l’uovo”/”Dos menos uno, tres” (1968) de Giuilio Questi, con insistencia ocular tantas veces, “El ojo del huracán” (1971) de José María Forqué, “El ojo del laberinto” (1972) de Mario Caiano, “El ojo en la oscuridad” (1975) de Umberto Lenzi, la más reciente “El ojo de cristal” (2004) de Eros Puglielli... Los slashers, como hemos ido viendo, tuvieron, a groso modo, preferencia por colocar en sus títulos las señaladas fechas en las que se dearrollan sus tramas, alusiones universitarias o a matanzas, masacres, etc...

Otra característica distintiva nos la ofrecen las bandas sonoras. Hablando del giallo, tras las más lisérgicas e hipnóticas de finales de los 60, donde cabría resaltar la de “Dos menos uno, tres” a cargo de Bruno Maderna, Ennio Morricone marca la pauta a partir de “El pájaro de las plumas de cristal”, y más tarde se impondrían los Goblin y su rock sinfónico. Su música va ligada de forma inseparable a las imágenes de los alargados y coloristas asesinatos que componen el giallo.


No son pocos los títulos que, con mirada restrospectiva y a modo de guiño u homenaje (o plagio, tanto da), han mirado a las películas del otro lado del Atlántico. Wes Craven recrea en “Scream 2” (1998) una escena de “Cinco mujeres para un asesinato” (1974) de Stelvio Massi, y la parte que acontece en el estudio insonorizado no deja de recordar al mejor (y más angustioso) Argento; o viceversa, Lucio Fulci tira de la sierra mecánica, consagrada gracias a la filmografía terrorífica made-in-USA, en su paródica “Un gatto nel cervello” (1990). Y sin embargo los films-homenaje más certeros a uno y otro género han procedido de su propio continente. Alexandre Aja y Lionel Delplanque demostraron conocer perfectamente los resortes y títulos del giallo en “Alta tensión” (2003) y “Deep in the woods. En lo profundo del bosque” (2000) respectivamente. Aja, en el film que le sirvió de trampolín a Hollywood, miraba conscientemente a los títulos de los 70 y 80 (aburrido, según confesión propia, de los que se estaban haciendo por entonces), insertando inteligentemente elementos del thriller all’italiana. Delplanque además recurre a un grupo de actores, un escenario, una representación que acabará en una orgía de sangre y muerte, y un asesino que oculta su rostro bajo una máscara, en esta ocasión de lobo (las similitudes con la opera prima de Soavi son evidentes). Y en uno y otro se recupera (ya lo hemos dicho en otra parte) la figura de la lesbiana, aunque ahora (los tiempos han cambiado) no están condenadas a morir, sino que reclaman su lugar como protagonistas e incluso como heroínas. Rizando el rizo, en “Deep in the woods. En lo profundo del bosque” encontramos como arma mortal un arpón de submarinista, que viéramos en el giallo “El cerebro del mal” (1972) de Sergio Sollima. Por su parte, tal vez el homenaje más sincero al slasher, a la par que ha creado su propio culto, sea “Hatchet” (2006), de Adam Green, un fanático del género que publicitó así ésta su segunda película "No es un remake, no es una secuela y no está basada en una japonesa. Horror americano de la vieja escuela".Green creó su propio y mostruoso psychokiller, Víctor Crowley, en toda la tradición del género, quien mata a todo aquél que pase por el pantano de Louisiana donde vivía, prologando su letal venganza. Para el papel del monstruoso Victor, Green contó con Kane Hodder, recordado por los aficionados al género por ser el único actor que ha encarnado a Jason Voorhees hasta en cuatro ocasiones, desde "Viernes 13 VII: sangre nueva" (1988) a "Jason X". Hodder le pidió al realizador un papel donde tuviera más ocasión de actuar, así que acabó interpretando también a Thomas Crowley, el padre de la criatura. Lo único que le faltaba a "Hatchet" para ser un slasher en toda regla era tener secuelas, y en 2010 vendría la primera de ellas. Sólo que ahora el papel protagonista de Marybeth Dunston lo interpretaría la menuda Danielle Harris. Actriz que comenzó su carrera frente a las cámaras siendo un niña, y entre otros muchos papeles fue la hermana pequeña del enmascarado asesino de "Halloween 4: El regreso de Michael Myers" (1988) y su directa continuación (se rodaron juntas) "Halloween 5: La venganza de Michael Myers" (1989). ). La carrera de la Harris siguió por otros derroteros y, aunque Jamie Blanks le dio el papel de antipática gótica en su conocida "Leyenda urbana”, sería Rob Zombie quien, al contar con ella para sus "Halloween. El origen" y "Halloween II", la convertiría en un pequeño (perdón, el chiste era inevitable) icono del cine de terror del siglo XXI, apareciendo desde entonces en numerosas cintas del género así como en multitud de convenciones ante los fans. Incluso dirigió un torture-porn, "Among friends" (2012), donde no faltaban ni Kane Hodder ni sus compañeros de "The victim" (2011), Jennifer Blanc y Michael Biehn, y donde se reserva un cameo vestida de harlequín, como su personaje en aquellas secuelas del éxito de Carpenter. En 2013 llegaría la segunda (y última al menos hasta el cierre de estas líneas) entrega de la serie, de nuevo con la Harris (8) y que contó con Zach Galligan, el protagonista del “Gremlins” (1984) de Joe Dante, en el papel de sheriff. Si en "Hatchet II" podría verse el enfrentamiento final entre Víctor Crowley y el Reverendo Zombie (Tony Todd) como una lucha entre Jason y Candyman, aquí rizan el rizo y el Jason de cuatro entregas de "Viernes 13" (Hodder) se las ve con Derek Mears, quien diera vida al asesino de Crystal Lake en el remake de Marcus Nispel de 2009, tenemos por tanto a Jason vs Jason.


Ello no quita para que fans de (casi) cualquier rincón del planeta hayan querido hacer (décadas después de su éxito en las pantallas) películas en la onda de uno u otro estilo. En el caso del giallo son llamativos los ejemplos del anime “Perfect blue” (1997) de Satoshi Kon (ya comentado en esta misma web), ejercicio de autor donde a las constantes de su realizador se unen las directrices del thrilling a lo Argento (9); o la cinta argentina, recientemente comentada en este blog “Sonno profondo” (2013) de Luciano Onetti. Ejercicios de estilo, cintas de autor, como la franco-belga "Amer" (2009) de Hélène Cattet y Bruno Forzani, o la británica "Berberian Sound Estudio" (2012) de Peter Strickland, realizador de la aún más estilizada (aunque fuera del género que nos ocupa) "The Duke of Burgundy" (2014). En ocasiones el homenaje, el guiño, la referencia, no es tan directa pero sí igual de palpable; pensemos en la cinta "Red Nights" (2010) del tándem Julien Carbon y Laurent Coutiaud, una coproducción entre Hong Kong, Francia y Bélgica, donde la impronta italiana es evidente en la fuerte fotografía empleada en los masoquistas rituales de muerte. Volvemos al punto de partida, a la estética del giallo.


(8) Por si no fuera suficiente enfrentarse dos veces seguidas con Victor Crowley, la pizpireta Danielle Harris no tardaría en vérselas con otro gigantesco psicópata con malos humos y peores modales, Jacob Goodnight (el luchador de la WWE Kane Jacobs) en la secuela de "Los ojos del mal" dirigida por las gemelas Soska en 2014.
(9) Durante un tiempo se habló que Darren Aronofsky quería llevar a cabo un remake de “Perfect Blue”. No lo hizo, pero en 2010 estrena “El Cisne Negro”, un film que guarda muchísimo parecido con el mencionado anime de Satoshi Kon además de nada simuladas referencias al giallo italiano, especialmente a Argento.
(10) El primer episodio, con dirección de Lamberto Bava, fue emitido por Antena 3 bajo el título de "Visiones de un asesinato".
(11) Adaptación del cómic homónimo escrito por Bruce Jones e ilustrado por Berni Wrightson para la editorial Warren.
(12) Supondría el reencuentro de Argento con el actor John Saxon 24 años después de que trabajaran juntos en "Tenebre".

7 MUERTOS EN EL OJO DEL GATO / LA MUERTE EN LOS OJOS DEL GATO / LAS DIABLESAS

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: La morte negli occhi del gatto
TITULOS EN ESPAÑA: 7 muertos en el ojo del gato / La muerte en los ojos del gato / Las diablesas
AÑO DE PRODUCCIÓN: 1973
DIRECTOR: Antonio Margheriti
REPARTO: Jane Birkin (Corringa)
Hiram Keller (Lord James MacGrieff)
Françoise Christophe (Lady Mary MacGrieff)
Venantino Venantini (Padre Robertson)
Doris Kunstmann (Suzanne)
Anton Diffring  (Dr. Franz)
Dana Ghia (Lady Alicia)
Konrad Georg (Campbell)
Serge Gainsbourg (Inspector de policía)
Luciano Pigozzi (Angus)
Bianca Doria (Janet Campbell)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: Con el título de “7 muertos en el ojo del gato” por Vídeo Aries y por Nevada Vídeo, como “La muerte en los ojos del gato” por Vídeo Disco y con el de “Las diablesas” por Neptuno.
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: Corringa vuelve al castillo de la familia en Escocia después de muchos años para pasar unas agradables vacaciones con su madre. El castillo, en la actualidad, pertenece a la tía Mary y aguanta el peso de una hipoteca a punto de vencer.
En su interior se encontrará con su primo James, un presunto loco que según cuentan asesinó a su propia hermana, además de una serie de personajes que no conocía. Sobre la familia pesa una vieja maldición; “Cuando un MacGrieff es asesinado por alguien de su sangre… no muere… se convierte en vampiro para tomar su venganza”.

COMENTARIO:Poco hay que comentar del romano Antonio Margheriti al que seguramente cualquiera mínimamente adentrado en el maravilloso mundo del cinema-bis europeo conoce a la perfección. Cuenta con una extensa filmografía en la que le dio a todos los palos, aunque curiosamente no se adentró demasiado en el giallo, y las pocas veces que lo hizo fue mezclándolo con el horror gótico. Según nos indican en los títulos de crédito la película está basada en una novela de Peter Bryan, autor de distintos guiones para films de la Hammer.

Estamos ante una co-producción entre Italia, Francia y Alemania, y el reparto está encabezado por la inglesa Jane Birkin y el americano Hiram Keller, además de la francesa Françoise Christophe y habituales del cine italiano como Venantino Venantini o Luciano Pigozzi, y por supuesto el gato al que se hace referencia en los distintos títulos de la película.

La trama nos lleva hasta un viejo castillo lleno de personajes con distintos intereses, un hijo loco que posee de mascota un gran orangután, una joven que fue contratada con la misión de cuidar al chico, una heredera con problemas, un tipo con interés en que se venda la propiedad, un criado, un cura amigo de la familia… y allí llega Corringa, una joven guapísima que se meterá en problemas en cuanto ocurra un asesinato.

Estamos ante un giallo típico, donde no falta el asesino misterioso y los distintos sospechosos, los crímenes sangrientos con la inevitable navaja de afeitar, las bellas mujeres y la investigación policial, y ese gato que es el único testigo de la matanza. Pero como decía al principio, todo tiene un aire de horror gótico que le viene estupendamente a la historia, estando la cinta ambientada en una época antigua, con vestimentas y carruajes acertados, con un castillo perfectamente decorado lleno de pasadizos secretos llenos de ratas y murciélagos, así como un viejo y tétrico cementerio.

Y como en todo buen y clásico giallo que se precie, al final asistiremos a un desenlace sorpresivo, con el descubrimiento del asesino, siendo este como es habitual uno de los más inesperados. Una cinta muy destacable dentro de la filmografía del señor Margheriti, y un giallo que merece la pena que descubras si aún no lo hiciste, en el que además contamos con una estupenda banda sonora a cargo del siempre eficaz Riz Ortolani. En nuestro país la cinta fue estrenada en cines con el título de “7 muertos en el ojo del gato”.

BERBERIAN SOUND STUDIO

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Reseña realizada por ALFONSO & MIGUEL ROMERO


TITULO ORIGINAL: Berberian sound studio
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2012
DIRECTOR: Peter Strickland
REPARTO: Toby Jones (Gilderoy)
Cosimo Fusco (Francesco Coraggio)
Antonio Mancino (Giancarlo Santini)
Fatma Mohamed (Silvia as Teresa)
Salvatore LI Causi (Fabio)
Chiara D'Anna (Elisa as Teresa)
Tonia Sotiropoulou (Elena)
Eugenia Caruso (Claudia as Monica)
Susanna Cappellaro (Veronica)
Guido Adorni (Lorenzo)
Lara Parmiani (Chiara as Signora Collatina)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: 1976. Gilderoy, un hombre introvertido que a pesar de su edad aún vive con su madre, viaja desde Dorking hasta Roma para sonorizar “Il vortice equestre”, película que piensa trata sobre caballos. Una vez en la capital italiana y en el estudio, comprobará perplejo que es en realidad un giallo del maestro del terror Giancarlo Santini.

COMENTARIO:Un film que homenajea los giallos y que tiene de protagonista a un técnico de la postproducción (1) podría traernos a la memoria la reciente “The editor” (2014), donde el papel principal era para el montador. Pero ahí acaban las semejanzas. Mientras Adam Brooks y Matthew Kennedy convertían su cinta en una enloquecida comedia negra salpicada de gore, secundarios de culto (desde el veterano Udo Kier al freak Laurence R. Harvey) y macizas en pelotas (encabezadas por la chica de “Boardwalk Empire”, Paz de la Huerta), Strickland conduce la suya hacia el terreno del arte y ensayo. Una película de autor ajena a las modas imperantes, donde nos narra el descenso a los infiernos de la locura de su protagonista principal, un pez fuera del agua, que llegará a confundir ficción y realidad, la producción en la que trabaja con su propia vida.

Su timidez y estirado comportamiento británico no soportará los extrovertidos, pasionales, picarescos y agresivos caracteres de los italianos con los que tiene que medrar: la secretaria que no le paga, el engreído realizador, o el peor de todos, el arrogante productor. Unido a las cartas que regularmente le envía su madre, contándole trivialidades (pero que hace que añore aún más su hogar), y a ese trabajo que se complica constantemente y parece eternizarse, llevará al pobre Gilderoy (un Toby Jones que diríase el actor ideal para el papel) a ir perdiendo progresivamente la cabeza.

Antonio Mancino debutaba aquí en el rol del flemático director de “Il vortice equestre”. El rol del productor recayó sobre Cosimo Fusco, visto en blockbusters made in USA como “60 segundos” (2000) de Dominic Sena –remake de “Gone in 60 seconds” (1974) de H.B. Halicki- o “Ángeles y Demonios” (2009) de Ron Howard; y que, no sabemos si por casualidad, ya trabajara con Dario Argento en “El jugador” (2004) y Lamberto Bava en un episodio de la serie inédita en nuestro país “6 passi nel giallo” (2012).

Pero sí son intencionados muchos otros homenajes al thriller all’italiana: el film se desarrolla en 1976 y, aunque la producción que tienen que sonorizar tenga otro título, muchos detalles nos hacen pensar en el “Suspiria” de Argento. La banda sonora que suena en “Il vortice equestre” está inspirada principalmente en la que Nicola Piovani escribiera para “Huellas de pisadas en la luna” (1974) de Luigi Bazzoni. Además de poder escuchar la voz de la británica Suzy Kendall, ausente de las pantallas desde finales de los 70 y toda una “cara de la oscuridad”.

El cine de Peter Strickland, conscientemente de autor (y que suele tener a la crítica de su lado), dinamita cualquier codificación para hacer oír su voz. Sin embargo, siempre escribe sus historias y parece basarse en cintas de género, e incluso en directores concretos. Si en “Berberian Sound Studio”, como hemos apuntado, era el giallo y Dario Argento, su anterior largomentraje, “Katalin Varga” (2), era a su manera una rape-and-vengeance-movie, y su siguiente (y hasta la fecha último) trabajo, “The duke of Burgundy” (2014), rendía tributo (como el propio Strickland confesaba a la revista Fangoria) a Jesús Franco y al sexo fetichista tan obsesivamente presente en su cine, llegando a llamar para éste a la actriz belga Monica Swinn (3), tan habitual en la filmografía del tío Jess, especialmente en sus producciones para Eurociné y Erwin C. Dietrich.

Volviendo a “Berberian Sound Studio” (4), se pudo ver en el Festival de Sitges de 2012, y ese mismo año se hizo con los premios a mejor director y mejor actor (Toby Jones) en el British Independent Film Adwards. Ya en 2013 se alzaría con el de mejor película en el BAFICI. Distribuida en los Estados Unidos por la a menudo interesante IFC Midnight, en nuestro país continúa aún inédita, al igual que el resto de los títulos de este realizador inglés.

(1) Según su responsable, pretendía mostrar a todos aquellos currantes del cine que no vemos en la pantalla, por eso, y contrariamente, lo que nunca llegamos a visualizar es precisamente la película en la que trabajan.
(2) Rodada en 2009, en coproducción con Rumanía, con un presupuesto muy bajo y en sólo 17 días. Supuso su primer encuentro con la actriz Fatma Mohamed, con quien volvería a colaborar en sus dos siguientes largometrajes.
(3) A quien no veíamos delante de las cámaras desde 1982.
(4) El nombre del estudio se le ocurrió por Cathy Berberian, soprano estadounidense que se casó con Luciano Berio, un pionero de la música electrónica y, dicen, pieza clave para la película. La afición de Strickland por la electrónica le llevó a trabajar con la cantante y (ocasional) actriz Björk.

LAS CARAS DE LA OSCURIDAD: ANTHONY STEFFEN

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Escrito por ROBERT GARCIA


Su auténtico nombre era Antonio Luiz De Teffé. Nacía en Roma, el 21 de julio de 1930, hijo de familia Noble, su padre fue campeón de Fórmula 1 y embajador de Brasil en Italia. Durante la II Guerra Mundial, un Antonio adolescente se marchaba de casa para unirse a los partisanos contra los nazis. Elegante y bien educado, logro aprender durante su vida diversos idiomas.

Sus comienzos en el cine fueron como mensajero para Vittorio de Sicca, y su debut delante de las cámaras se producía en la película “Gli sbandati” (Francesco Maselli, 1955). No le falto el trabajo en los siguientes años, donde aún usaba su auténtico nombre, siendo visto en varios péplum como la conocida “Sodoma y Gomorra” (Robert Aldrich, 1962), comedias o cintas de aventuras. 

En pleno auge del spaghetti, y debido a su aspecto físico, con un metro y noventa de altitud, y una cara propia del típico pistolero, es evidente que acabaría protagonizando algún título dentro del género. Y no fueron pocas las películas de este tipo en las que participo ya con el seudónimo de Anthony Steffen. En los años venideros se encasillo en estos papeles, actuando en gemas dentro del género como “Los cuatro salvajes” (Mario Caiano, 1967), “Huracán sobre México” (Leopoldo Savona, 1967), “Un tren para Durango” (Mario Caiano, 1968), “Garringo” (Rafael Romero Marchent, 1969), “Django, el bastardo” (Sergio Garrone, 1969) o “Apocalipsis Joe” (Leopoldo Savona, 1970). 

Ya en los setenta, y siendo el giallo el que estaría en pleno esplendor, Steffen también participaría en diversos títulos de mi género favorito, siendo el protagonista principal en muchos de ellos, pero seguiría apareciendo en cintas de toda índole, desde “La caza del oro” (Juan Bosch, 1972) a “Voracidad / Pirañas asesinas” (Antonio Margheriti, 1979) u “Orinoco, paraíso del sexo” (Edoardo Mulargia, 1980). 

A continuación enumero las apariciones del actor en el thriller a la italiana, o en diversas copias de este, los que se conocen como pseudo-giallos: 

A principios de los ochenta se marcharía a vivir a Rio de Janeiro (Brasil), visitando Italia en algunas ocasiones. En el país sudamericano haría sus últimas apariciones en el cine, retirándose a comienzos de la década siguiente. En el 2002 fue diagnosticado de cáncer, falleciendo un par de años después, a la edad de 74 años. Nos dejó un buen número de películas, y su imagen siempre estará presente para los fans del giallo y del cine de género europeo, por lo que merece un puesto de honor en nuestra sección “Las caras de la oscuridad”.


TUTTI DEFUNTI... TRANNE I MORTI

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: Tutti defunti... tranne i morti
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 1977
DIRECTOR: Pupi Avati
REPARTO: Gianni Cavina (Martini)
Francesca Marciano (Ilaria)
Carlo Delle Piane (Dante)
Greta Vayan (Hilde)
Michele Mirabella (Buster)
Flavia Giorgi (Letizia)
Giulio Pizzirani (Giulio)
Bob Tonelli (Ariano)
Luciano Bianchi (Ottavio)
Carla Astolfi (Isabella)
Pietro Bona (Donald)
Ferdinando Orlandi (Tipografo)
Valentino Macchi (Prete)
Andrea Matteuzzi (Ignazio)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: Una profecía escrita en un libro indica que tras la muerte de nueve miembros de una familia será encontrado un tesoro oculto. Un vendedor llega al castillo de una de las familias nombradas en el libro con la intención de vendérselo. Pronto comenzaran a sucederse las muertes…

COMENTARIO:Producción italiana dirigida por Pupi Avati justo después de su obra maestra “La casa dalle finestre che ridono”. En el reparto podría destacar a cualquiera, ya que cada actor o actriz tiene un personaje bastante peculiar, pero me quedo con Carlo Delle Piane, que hace del tipo que para sacarse un dinerillo intenta vender un libro entre las familias nobles que se nombran en este. Carlo cuenta con más de un centenar de papeles en su carrera, debido a su físico y su cara trabajo en muchísimas comedias con directores y actores como Alberto Sordi, Toto o Fabrizi.

La trama está llena de acciones cómicas y grotescas, pero también tenemos elementos típicos del giallo como son el asesino misterioso, con su indumentaria negra, su voz casi apagada, y que no descubriremos hasta el final, siendo un criminal del todo inesperado. Los asesinatos son realizados por este de las formas más inverosímiles, siendo cada víctima atacada de una forma distinta, y por supuesto cada uno de los personajes que conviven en el castillo donde se desarrolla casi toda la historia son sospechosos de ser el criminal. 

El ambiente y las vestimentas recuerdan en cierto modo al horror gótico, pero también son claras las influencias de Agatha Christie y su “Diez negritos”, no obstante, vemos como llega un momento en que los que conviven en el castillo están atrapados, sin poder huir ni recibir ayuda de la policía por el desbordamiento de un rio cercano.

Como ya he dicho antes, cada personaje es de lo más peculiar, el torpe vendedor se encuentra con el señor de la casa que yace muerto en su lecho, una viuda con poca memoria, una joven algo ida de cascos, un enano, el criado visco, la criada enana, el tipo que se cree un vaquero, el que sufre la enfermedad de masturbarse continuamente, la enfermera que cuida a este… Y también disponemos del investigador privado de turno, un tipo de pocas luces que va con dos perros. Este tratara de averiguar quién es el responsable de las muertes que se van produciendo en pocas horas.

Poco a poco irán quedando menos vivos, y llegaremos a la resolución del caso. La película resulta muy divertida, y desde luego estamos ante el giallo cómico por excelencia. Ya sabéis que el humor ha sido usado en muchos gialli, más bien en pequeñas dosis o toques, pero en la película de Avati es usado de forma continua, con escenas que te sacan las carcajadas. A mí me ha encantado.

BLACKARIA

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Reseña realizada por ALFONSO & MIGUEL ROMERO


TITULO ORIGINAL: Blackaria
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2010
DIRECTORES:François Gaillard, Christophe Robin
REPARTO: Aurélie Godefroy (Lady in Red)
Clara Vallet (Angela)
Anna Naigeon (Anna Maria)
Julie Baron (Vodka victim)
Guillaume Beylard
Michel Coste
Frédéric Sassine       
Elsa Toro (Pink vodka victim)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: La vecina de Ángela se dedica a organizar fiestas sexuales que hacen que sea difícil para Ángela dormir por la noche. Un día, su misteriosa vecina es asesinada, y Ángela descubre una extraña bola de cristal en su apartamento.

COMENTARIO:El primer largo rodado al alimón por los franceses François Gaillard y Christophe Robin resulta, pese a las carencias propias de un rodaje independiente de notable tono amateur (grabado en vídeo y usando algunos actores no profesionales), un interesante homenaje al euro-sleazy, abanderado por títulos de Jesús Franco como “Necronomicon” (1969) o Lucio Fulci y “Una lagartija con piel de mujer” (1971), con ese tono lisérgico, onírico y sexual, tan característico de las producciones del viejo continente durante finales de los 60 y el comienzo del decenio siguiente; y sobre todo un tributo al giallo (1), no sólo en las referencias descaradas a Mario Bava y sus “Seis mujeres para el asesino” (1965) y “El Diablo se lleva a los muertos” (1973), al Lucio Fulci de “Angustia de silencio”, “El destripador de Nueva York” (1982) y la citada más arriba con protagonismo de la Bolkan, la escena del ascensor de “Las lágrimas de Jennifer” (1972) de Giuliano Carnimeo tras la mano del De Palma de “Vestida para matar” (1980), y sobre todo de Dario Argento, de quien se reconocen “Cuatro moscas sobre terciopelo azul” (1971), “Suspiria” (1977), “Inferno” (1980), “Tenebre” (1982) y especialmente “Rojo oscuro” (1975)... sino también por la intencionada adecuación de constantes temáticas y estilísticas así como detalles iconográficos propios del thrilling all’ italiana, como la fotografía agresiva y colorista que ayuda y mucho a conseguir emparejar realidad y surrealismo, la música de sintetizadores que remiten conscientemente al trabajo de los Goblin para Argento, la inclusión de muñecas (muchas rotas, algo normal cuando el psicoanálisis es esencial en el film) y maniquíes (siempre inquietantes), la presencia de lesbianismo y voyeurismo (¿hubo alguna vez algún género más voyeurista que el giallo?), con la omnipresencia del ojo y la mirada, desde el mismo arranque de la película con un ojo que es atravesado, cortado, por los títulos de crédito que surcan por la pantalla, y que evoca además la famosa escena de “Un perro andaluz” (1929) de Luis Buñuel. Y en “Blackaria” encontraremos además ojos astillados y cercenados por una navaja de barbero, con evidentes reminiscencias a famosos momentos de la filmografía de Fulci.

Se hermana igualmente esta producción con los títulos de Dario Argento que se salían del giallo más tradicional y mundano para saltar al terreno del fantástico, y de este modo la protagonista descubrirá junto al cadáver de su vecina (que es bruja, como las Tres Madres) una bola de cristal que predice el futuro. Al romperla, usará los cristales para hacerse unas gafas (muy retro, por supuesto) con las que seguirá viendo el negro destino que la aguarda. Pese a lo descabellado de la propuesta, la cosa funciona, porque el guión, del propio Gaillard, está subvertido por la puesta en escena, por la representación, como es norma no escrita en el giallo.

Cabe destacar la parte en que Angela (Clara Vallet) presencia un asesinato en el espejo del ascensor, escena que bebe de las mencionadas “Vestida para matar” (de la cinta de De Palma hallaremos más influencias a lo largo del metraje) y “El destripador de Nueva York” (con el explícito deleite insano en rajar a la chica en dicha ceremonia homicida), además que la malvada dama de rojo (Aurélie Godefroy) va caracterizada como Marta (Clara Calamai), la ogresca mamá (ese personaje tan recurrente en los gialli del director romano) de “Rojo oscuro”.

Significativo el uso (y abuso) de espejos (y puertas) en el film, fundamental en dicha película de Argento y tan reveladores en las teorías freudianas, que permiten a nuestra protagonista pasar al otro lado, como Alicia, absorbida/seducida por un nuevo mundo fantástico y peligroso. Los realizadores conjugan el mundo real con las percepciones de la Angela, donde salen a la luz sus traumas y nos llevan de la mano a algunos filmes de Roman Polanski (2) como “Repulsión” (1965), “El quimérico inquilino” (1976), e incluso “La semilla del Diablo” (1968) donde (¿casualidad?) también nos topábamos con brujos y brujas. Angela conseguirá burlar a la asesina (y al psiquiatra, convirtiéndose casi en heroína de cine negro para ello) aunque, estaba escrito y ella lo había visto, no a un fatal sino que le reserva una broma macabra.

Pese a sus defectos y carencias, “Blackaria” conviene un recomendable título que insiste en la justa reivindicación de un modo de entender el terror y el thriller tan europeos como intentado de enterrar por buena parte de la crítica y, lo que es peor, por un sector del público aún convencido de que el séptimo arte ha de estar ligado indisolublemente al apartado literario. Como suele decirse, ellos se lo pierden.

(1) Gaillard y Robin volvían a dejar patente su gusto por el terror italiano en “Last caress” (2010), protagonizada por Julie Baron, quien tiene un pequeño rol en la que aquí nos ocupa.
(2) Influencia para no pocos gialli en su edad de oro y, por otro lado, también recogida por Peter Strickland en la ya comentada en esta web “Berberian Sound Studio” (2012).

LA CORTA NOCHE DE LAS MUÑECAS DE CRISTAL, NUEVO DVD EN REGIA FILMS

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La colección en DVD creada bajo la etiqueta Cinema Giallo por Regia Films continúa creciendo sin pausa. Un nuevo título se suma a la ya extensa colección de la editora, se trata de la peculiar “La corta noche de las muñecas de cristal”, escrita y dirigida por Aldo Lado en 1971. Con un guion original, en el que se usan continuos flashbacks para averiguar los hechos que han llevado al protagonista principal a un estado de catalepsia, asistimos a un título que bien podría estar entre los diez favoritos de cualquier amante del thriller all´italiana.


Solo con leer la sinopsis ya nos resulta interesante: El periodista norteamericano Gregory Moore (Jean Sorel) es encontrado sin pulso entre los arbustos de un parque de Praga. Tras darle por muerto, los médicos le conducen al depósito de cadáveres local. Pero Moore está vivo, atrapado dentro de su cuerpo inmóvil y desesperado, tratando en vano de comunicarse y de recordar cómo ha llegado a estar viviendo esa angustiante experiencia... En tal estado, ¿podrá resolver el perverso puzle que le ha llevado a tal situación antes de que sea demasiado tarde?

¿Necesitas más información? Puedes leer la reseña que se publicó en su día en este blog: LA CORTA NOCHE DE LAS MUÑECAS DE CRISTAL

Sin duda lo importante para decidirte a adquirirla es la calidad de la edición, quien conozca las ediciones de Regia Films ya lo sabe de sobra, pero para que no quede ninguna duda la película se presenta en formato anamórfico 2.35:1 – 16:9, con pistas de audio en castellano e italiano, así como subtítulos en nuestro idioma para poder disfrutarla como te plazca, con el fabuloso doblaje realizado en la época en este país, o en versión original (subtitulada o no, eso ya depende del nivel de italiano de cada espectador).

Como ya he dicho en otras ocasiones, una imagen vale más que mil palabras, así que aquí os dejo unas capturas del DVD. Pincha en cada una para verlas a su tamaño real.









UCCIDETE IL VITELLO GRASSO E ARROSTITELO

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Reseña realizada por ROBERT GARCIA


TITULO ORIGINAL: Uccidete il vitello grasso e arrostitelo
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 1970
DIRECTOR: Salvatore Samperi
REPARTO: Jean Sorel (Cesare Merlo)
Marilú Tolo (Verde)
Maurizio Degli Esposti (Enrico Merlo)
Gigi Ballista (Médico)
Noris Fiorina (Amiga de Cesare)
Pier Paolo Capponi (Detective privado)
Aleka Paizi (Criada)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: Enrico Merlo, que ha vivido lejos de su familia, regresa a la ciudad después de la muerte de su padre. Sospecha que este ha sido asesinado por su prima Verde y su hermano Cesare. Su sospecha está fundada por una prueba: un certificado de muerte escrito por su padre dos días antes de morir.

COMENTARIO:Lo mejor que hizo Salvatore Samperi en su carrera estuvo siempre dentro de la comedia y el cine erótico. Su obra maestra es sin duda “Malicia”, dirigida en 1973 y protagonizada por una colosal Laura Antonelli. Pero no se pueden dejar pasar por alto títulos como “Me gusta mi cuñada” (1974), “Un amor en primera clase” (1980), “Casta y pura” (1981) o “Patrizia, retratos de una mujer” (1984). Sin embargo en sus primeros títulos optaba por otros géneros, debutaba en 1968 con “Grazie zia” y seguía con dos largometrajes peculiares, “Terror homicida” (1969) y esta “Uccidete il vitello grasso e arrostitelo” (1970), en la que coquetea con el thriller.

En el reparto tenemos a varios clásicos del cine italiano, a los que podemos ver en varios gialli. Jean Sorel es el hermano mayor de la familia, Marilú Tolo su prima y probable mujer en un futuro, Maurizio Degli Esposti es el hermano menor, y además nos encontramos con algún secundario de postín como Pier Paolo Capponi haciendo de investigador privado.

No, no estamos ante el típico giallo con asesino con guantes negros, aquí los asesinos o supuestos asesinos, parecen más de guante blanco, y no será hasta el final de la cinta cuando descubramos si son culpables o inocentes. Como en tantos títulos de la época nos encontramos con una trama en la que hay un fallecido, una herencia, personajes que pueden conseguir la fortuna familiar si otro muere, un detective privado, y una alguna que otra víctima psicológica, porque conoceremos a la madre del joven protagonista que se encuentra encerrada en un manicomio.

El muchacho presencia durante el funeral de su padre una escena fuera de lo común, alguien ha inyectado al fallecido algún líquido. Pero ¿Por qué? Si ya estaba muerto aquello no tiene sentido, así que se dedicara a investigar los motivos de la muerte de su progenitor. Además sabremos que sobre la familia pesa una vieja maldición, que consiste en la muerte inesperada de algún miembro de esta cada diez años.

La película es bastante correcta, con una trama que no decae a lo largo de sus ochenta y cinco minutos, buenas actuaciones y algún semidesnudo. Cuenta con una buena banda sonora a cargo de Ennio Morricone.

LES NUITS ROUGES DU BOURREAU DE JADE

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Reseña realizada por ALFONSO & MIGUEL ROMERO


TITULO ORIGINAL: Les nuits rouges du bourreau de jade
TITULO EN ESPAÑA: -----
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2010
DIRECTORES: Julien Carbon, Laurent Courtiaud
REPARTO: Frédérique Bel (Catherine Trinquier)
Carrie Ng (Carrie Chan)
Carole Brana (Sandrine Lado)
Stephen Wong Cheung-Hing (Patrick)
Kotone Amamiya (Tulip)
Maria Chen (Flora)
Jack Kao (Mister Ko)
EDICIONES ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES ESPAÑOLAS EN DVD: -----

SINOPSIS: Durante el reinado del primer emperador de China, un ingenioso torturador, creó un elixir que paralizaba los miembros de su víctima al aumentar la sensibilidad de las terminaciones nerviosas hasta diez veces. Ocultado en un cráneo de Jade, el elixir puede provocar todo tipo de sensaciones varias, desde caricias eróticas hasta lesiones espantosas.
Obsesionado por el deseo de experimentar estas sensaciones extremas, el verdugo se mata con su propio veneno, intensificando la experiencia de la muerte. Sus perseguidores nunca encontraron el cráneo, que había sido ocultado dentro de un precinto real. Pero la maldición del cráneo de Jade, responsable de la muerte de su creador, permanecerá dentro del su escondite trayendo desgracia a todos los que lo poseen. Hasta el día de hoy...

COMENTARIO: Julien Carbon y Laurent Courtiaud definían este su primer trabajo en la realización como “un giallo de Hong Kong, con misterio, asesinatos sádicos, fetichismo y mujeres”. Ambos habían colaborado previamente en los libretos de cintas hongkonesas de acción como “Running out of time” (1999) de Johnnie To (1), “Black Magic 2” (2002) de un Tsui Hark que aprovechaba la moda del “Matrix” (1999) de los Wachowski (2), o “El secreto del talismán” (2002) de Peter Pau, película de aventuras que seguía la estela del “Tomb Raider” (2001) de Simon West con Angelina Jolie encarnando a Lara Croft.

Los realizadores demuestran unos concienzudos conocimientos del thrilling all’italiana, de sus constantes y directivas, de sus temas y, lo más importante, de su estilo visual. El mismo título de la cinta (y más en el original en francés), como en tantos giallos, contempla múltiples significados a la par que no tiene por qué decir nada, tan llamativo e intrigante como superficial y banal. Red Nights, “Noches Rojas”, es el nombre del perfume que presenta y representa Carrie Chan (Carrie Ng), un mundo, el de la alta cosmética y perfumería, afín al de las modelos y pasarelas tan caro al género desde “Seis mujeres para el asesino” (1964) de Mario Bava, aunque ella y su compañero, Patrick (Stephen Wong Cheung-Hing), lo que realmente buscan es otro elixir, el que se encuentra en el “verdugo de jade”, pero a ello volveremos más adelante. Noches rojas son también las de los rituales sadomasoquistas orquestados por la pareja y dirigidos por ella, y el bermellón (muy oscuro y denso) con sabor a muerte domina esta historia de traiciones y pasión por el dinero y el poder, sobre todo en su magnífica parte final. Y el rojo es, junto al azul y los tonos anaranjados, el color predominante en la fotografía de la cinta, a cargo de Man-Ching Ng (3).

La representación, como la ópera de “Terror en la ópera” (1987) de Argento, o el teatro en “Aquarius” (1987) de Michele Soavi, ese juego de espejos y trasvases, tiene cabida aquí en la ópera china donde Patrick es el actor principal y cobra especial significado la canción que habla de las garras del verdugo, instrumento de tormento y muerte a la par que de amor, fogosidad y placer. Las garras, utensilio también en la privacidad de los amantes, que emplea Carrie para sus rituales (representaciones igualmente) sadomaso que acaban “penetrando”, con regusto sádico de la dómina, a las chicas que se prestan a sus recreos sexuales cuando, tras un largo y laborioso repertorio fetichista, termina más allá de la “petite mort” con la muerte real de las muchachas. Eros y Thanatos llevados al límite donde, era de esperar, no falta la pasión lésbica. Las garras, arma blanca a fin de cuentas, será la elegida por Carrie en la conclusión de la historia.

La representación, la ceremonia, la pasión y la muerte, la dominación, de igual modo en los asesinatos que comente Carrie fuera de esa cámara (mortuoria) donde practica sus retozos amorosos. Como cuando quita de en medio a Flora (Maria Chen), una vez se ha servido de ella y sólo le supone un estorbo, en un apropiado plano-contraplano en picado y contrapicado, dejando claro el status que ocupa cada mujer, en un mortífero y cruel juego donde el bondage y el fetichismo del pie (4) cobran gran relevancia. En el apartamento de Flora, por cierto, encontramos unos inquietantes maniquíes (¿lo son todos realmente?), tan característicos del giallo. Y maniquíes de carne y hueso, modelos, son Sandrine Lado (en el rol de Carole), quien había trabajado nada menos que para Chanel, Lancòme, L’Oreal o Garnier, el ya citado Stephen Wong Cheung-Hing, y la japonesa Kotone Amamiya (ésta en el mundillo “sólo para adultos”).

Como en la nihilista “Bahía de sangre” (1971) del maestro Bava, en el universo de “Red Nights” no hay lugar para los héroes y está poblado por personajes codiciosos y egoístas movidos por el lucro, que no dudan en traicionar y matar a quien sea para salirse con la suya y sin dejar un dólar de por medio. Catherine (Frédérique Bel) elimina en Taiwán a su amante (un político corrupto) para hacerse con la piedra de jade blanco que éste ha obtenido con algunas malas artes y marcha a Hong Kong para colocarla, encontrándose allí con una telaraña de individuos tratando de sacar tajada del tema. Oculto en el objeto se halla el “verdugo de jade” que contiene un elixir milenario que inmoviliza a las personas a la vez que es capaz de provocar las sensaciones más extremas, con el que “un beso equivale al mayor de los orgasmos” y, de igual manera, “el mínimo dolor se convierte en la más insoportable de las torturas”. Ideal para las prácticas amatorias del dúo y que nos empuja inevitablemente a “La tarántula del vientre negro” (1971) de Paolo Cavara.

Fuera del giallo pero quedándonos en Italia, la escena con Catherine llegando a Hong Kong recuerda sobremanera a las películas transalpinas de finales de los 70 y primeros 80, banda sonora de sintetizadores incluida, que nos hace pensar en Fulci, D’Amato o Deodato.

“Red Nights”, coproducción entre Francia, Bélgica y Hong Kong, dirigida por dos gabachos habituados a trabajar con la que fuera la más poderosa colonia británica en China (5), tiene inevitablemente mucho de estos países (6). Además de incluir en el reparto al taiwanés Jack Kao (7) como el mafioso Mr Ko, también interesado en conseguir el preciado jade, o a una Carrie Ng (8) en estado de gracia, Hong Kong presenta un escenario ideal, retratado como una ciudad tan cosmopolita tal que apocalíptica, en la que la occidental Catherine deambula perdida sin poder confiar en nadie y donde no le aguarda futuro. Ella, como el Jef Costello (Alain Delon) de “El silencio de un hombre” (1968) de Jean-Pierre Melville, se coloca bien la gabardina y se sube los cuellos de la misma antes de salir de su apartamento, como hacía aquél hasta en el momento en que se preparaba para que le mataran, y es que a Catherine, al igual que al resto de los personajes de la cinta, les espera el mismo sino que a los anti-héroes del polar, la fatalidad, a la que no pueden escapar por mucho que se esfuercen. Muy francés es también el gusto por los fastuosos rituales masoquistas, propios de una cinematografía tan dada a emparentar amor, sumisión y muerte, desde el cine de autor o el arte y ensayo al más comercial y/o de explotación, de Alain Robbe-Grillet a Just Jaeckin, de Roger Vadim a José Bénazéraf. De igual modo, en la conclusión, cuando entre unos y otros han terminado por echar a perder todo dejando un reguero de cadáveres tras ellos, los gangsters matan a Patrick, y el “amour fou” hace presencia. Ese “amour fou” que llevaba a Michel (Jean-Paul Belmondo) a perder la cabeza (y la vida) por Patricia (Jean Seberg) en “Al final de la escapada” (1964) de Jean-Luc Godard, conduce en esta ocasión a Carrie a reclamar justa venganza contra los asesinos de su amado armada con las garras que usaba en sus ratos de solaz (9). Una vez más, ceremonias de placer, sadismo, dolor y muerte unidos. Y ella, como el Jef Costello de Delon o el Michel de Belmondo, también lucirá con elegancia una gabardina en su último acto, sólo que en esta ocasión es de color rojo chillón, como va a quedar esa noche con toda la sangre que salpicará a su paso.


(1) Conocería secuela en 2001, codirigida entre Johnnie To y Law Wing-Cheung, pero sin Carbon ni Courtiaud en labores de guión.
(2) Y con Andy On en el papel del super-héroe que da título al film, sustituyendo a Jet Li del original de 1996 dirigido por Daniel Lee.
(3) No está de más recordar la importancia de la fotografía colorista, heredera del giallo y sobre todo, por supuesto, de Argento, que presentó el psycho-thriller de Hong Kong en los dorados tiempos de la así llamada “Categoría III”. Véase por ejemplo “Red to kill” (1994) de Hin Sing “Billy” Tang.
(4) Por el pie comenzará la agónica tortura que Carrie le profesa a Carole, y por los zapatos descubrirá Catherine quién ha dado muerte a su agresora, Flora, de cuyo piso tendrá que escapar, no obstante, descalza.
(5) Otros realizadores del país vecino amantes del cine de acción de Hong Kong son Christophe Gans y, especialmente, Luc Besson. A sus filmografías nos remitimos.
(6) Más consciente que casual se nos antoja la influencia en algunos momentos de un largometraje de otro país asiático, nos referimos al “Audition” (1999) de Takashi Miike y las torturas ejecutadas por la bella y mortal Asami (Eihi Shiina).
(7) Jack Kao ha intervenido en cintas de prestigio, caso de “Millenium Mambo” (2001), de Hou Hsiao-Hsien, pero también ha sido visto en gangster-movies made in Hong Kong como “La isla de fuego” (1991) de Chu Yen Ping, con un reparto donde se encontraban Andy Lau, Jackie Chan, Sammo Hung y Wang Yu. Cuenta la leyenda que el primero la protagonizó en agradecimiento al director por haberle librado de las zarpas de la mafia.
(8) Junto a Chinging Yau formaron el dúo de peligrosas féminas protagonistas de “Naked killer (Desnuda para matar)” (1992) de Clarence Fok.
(9) No es la primera vez que esta particular “lethal weapon” aparece en una producción de Hong Kong, baste hacer mención a “Las garras de la Tigresa” (1980) de Chia-Liang Liu para los Shaw Brothers. Por otro lado, en un momento del clímax de “Red Nights”, Carrie llega a rasgar con ellas una pared al modo que Freddy Krueger lo hacía en “Pesadilla en Elm street” (1984) de Wes Craven.
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